La alcachofa ha sido considerada desde siempre tanto una de las verduras más atractivas de la huerta como un alimento muy saludable, por eso estudios recientes la consideran una auténtica "medicina natural para el hígado y la vesícula".
No dudes en incluirla en tu dieta invernal ya que también te sorprenderá por sus múltiples posibilidades gastronómicas. Conocida por su característica forma como la flor de la huerta, el origen de la alcachofa es muy antiguo.
Las primeras referencias históricas la localizan primero al este de África, en grabados de las tumbas egipcias, y desde allí se extendió al resto de la cuenca del Mediterráneo. Hoy día esta planta herbácea se cultiva en países de clima cálido, sin presencia de heladas, en tierras ricas en nutrientes con un considerable grado de humedad.
Crujientes, ligeramente amargas y jugosas, sus hojas aportan una sensación de frescor ligeramente amargo en la boca. La sustancia que le da este característico sabor es la cinarina, que estimula la secreción biliar entre otras importantes propiedades medicinales.
Por eso desde la antigüedad se ha creído que poseen poderes sanadores, que hervidas o en infusión, poseen unas considerables acciones tónicas, digestivas, diuréticas, antirreumáticas y protectoras del hígado y de la vesícula. También es remarcable el contenido de agua, hidratos de carbono, fibra, potasio, calcio, magnesio y vitaminas de esta verdura.
Para limpiar y cortar las alcachofas frescas, es conveniente utilizar guantes, así se evita que la piel de las manos se tiña o ennegrezca. Eso sí, es necesario quitar siempre sus hojas externas. Si no se van a cocinar inmediatamente se recomienda, para evitar la oxidación de la vitamina C y el consiguiente ennegrecimiento de la alcachofa por el oxígeno del aire, rociarla con unas gotas de zumo de limón.
Existen multitud de recetas a elegir para preparar esta versátil verdura. Puede consumirse cocida como ingrediente de la célebre menestra, con almejas, rellena con queso, pescado o carne, con jamón, rebozada, como complemento para arroces, en guisos de carne... Mil y una maneras suculentas de disfrutarla.
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