Aunque también existen variedades de color rojo, son los arándanos negros (de inconfundible color morado en su interior) los más sabrosos. Al igual que otras frutas del bosque, los arándanos tienen un importante poder antioxidante, gracias a su alto contenido en vitamina C. Además, son ricos en fibra, apenas contienen calorías y ayudan a combatir las infecciones urinarias. Una de las formas más habituales de consumirlos es en confitura. Sobre una tostada en el desayuno, combinado con queso a la hora del aperitivo o como relleno de tartas y postres siempre resulta una delicia. También se puede degustar como fruto fresco, acompañado de otras frutas del bosque con nata o helado, e incluso en zumo. Y cada vez es más frecuente utilizarlos en la elaboración de salsas para acompañar carnes, sobre todo de caza.