Tinto de verano y sangría. Sólo con leer sus nombres nuestra mente ya vuela a ese lugar de veraneo que nos encanta, rodeados de playa, piscina o montañas. Con calor, mucho calor… y siempre con un vaso de fría sangría o de tinto de verano para refrescarnos.
Como la llegada de la nueva cartelera de helados de tu marca favorita, el primer baño en el mar de alguna famosa o sacar los bañadores del armario… la sangría y el tinto de verano anuncian que el verano ya está aquí. Aunque es cierto que son bebidas que se consumen durante todo el año, es en la época estival cuando se convierten en protagonistas gracias a su carácter refrescante para combatir las altas temperaturas.
Aunque suelen ir de la mano, hay bastantes diferencias entre el tinto de verano y la sangría. El primero es la combinación de vino con gaseosa (o a veces limón) y mucho hielo. Mientras que en la segunda encontramos más ingredientes, ya que se elabora con una mayor cantidad de vino que el tinto de verano, gaseosa, un toque de uno o varios licores, azúcar, frutas cortadas y hielo. Por tanto, la graduación alcohólica de la sangría es mayor (debido al licor) y su sabor es más dulce y complejo debido a la variedad de ingredientes.
Preparar en casa tu sangría o tinto de verano perfectos ahora es facilísimo… porque ya vienen preparados. Tú sólo tendrás que darles el toque final con alguna de las ideas que te proponemos para acompañarlos. Además, las principales firmas apuestan cada vez por mayor variedad de propuestas, con la calidad de siempre. Como ejemplo, te presentamos tres tipos de sangría: una blanca, una rosada y otra tinta. La blanca y la rosada son las premium de Alma Atlántica. La primera se elabora con uvas albariño, loureira, caíño blanco y treixadura, típicas del Noroeste atlántico donde se elabora. Y la rosada se elabora con uva 100% Mencía. Para la sangría de vino tinto hemos escogido la Lolailo Sofisticada, elaborada con mezcla de uvas cabernet sauvignon y tempranillo.
Para el tinto de verano, todo un clásico como el de La Casera, que junta su sabor chispeante que nos acompaña desde hace 75 años, con el del vino tempranillo.
¿A que te ha entrado sed?
Habla ahora…