En un bol al baño María fundimos el chocolate negro que, con la ayuda de un pincel, luego utilizamos para pintar ocho moldes de silicona con forma de semiesfera de unos 4 cm de diámetro. Los ponemos en el frigorífico hasta que se endurezcan y repetimos el proceso para obtener una capa resistente: el objetivo es que las semiesferas sean delicadas pero lo suficientemente firmes como para poderlas desmoldar. Reservamos en la nevera. En un bol, montamos la nata con el azúcar y el interior de la vainilla y la ponemos en una manga pastelera. A continuación, cortamos las frambuesas por la mitad y limpiamos las naranjas dejando los gajos limpios de piel. Con ayuda de un pincel seco, pintamos las medias esferas de chocolate con el polvo de oro. Rellenamos cuatro semiesferas con la nata montada, junto con las frambuesas partidas, y las tapamos con el resto de las semiesferas. Para emplatar, en un plato hondo colocamos tres gajos de naranja, a modo de base para colocar las bolas de Navidad. Por último antes de servir, hervimos leche e incorporamos el chocolate, el azúcar y el café soluble y mezclamos hasta que estén bien disueltos. Servimos las bolas de Navidad regando cada una con la mezcla anterior y frente a cada comensal, para que se fundan y quede al descubierto el interior.
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