Cuando aparecen las carnes en la mesa, la expectación es máxima, pues todos saben que se trata del momento principal de la velada. La boca se nos hace agua ante lo que vemos y estamos a punto de disfrutar.
El roast beef (“carne asada”) es la parte alta del lomo de ternera, cortado en una sola pieza. Aunque ya está muy implantado en nuestra cocina, y particularmente en las celebraciones, proviene de la gastronomía inglesa, donde además de prepararse como plato principal, también se usa para filetear la carne muy fina y hacer sándwiches. Esta pieza se hornea, y la clave es dejar el centro poco hecho para que quede rosado y muy jugoso. Su adobo más tradicional es con sal, pimienta y mostaza, con las hierbas aromáticas que más nos gusten (albahaca, tomillo, eneldo y romero son aciertos seguros).
Dentro del ganado vacuno, el solomillo de añojo es siempre uno de los cortes más cotizados. El añojo es el ternero entre 12 y 24 meses de edad, que ha sido alimentado con pastos y piensos. Su carne es rojiza, tierna y con más sabor que la ternera lechal o blanca. Dentro del añojo, el solomillo es la pieza más valorada, ya que es la que más calidad tiene, y su carne es extremadamente jugosa y tierna. Es una carne prácticamente sin infiltraciones grasas, redondo y alargado, que se encuentra en la cara interna del lomo bajo. Una carne tan suculenta necesita muy poca elaboración: un breve paso al gusto por la plancha y sal (prueba con sal Maldon o del Himalaya), y tienes listo un manjar al que nadie se puede resistir.
Fuera del vacuno nos encontramos con auténticas delicias de nuestra cocina tradicional, que en el horno resultan exquisitas.
El cochinillo es la cría del cerdo, y asado al horno es uno de los platos más típicos de la comida castellana, muy asociado con Segovia y su provincia. Su carne es blanca y muy suave, lo que genera un contraste genial con su piel crujiente y dorada. Lo hemos preparado con un acompañamiento de manzana, romero y laurel, aunque en su receta más tradicional no necesita más acompañamiento que una buena cantidad de su propio jugo y unas patatas asadas.
Lo mismo sucede con el cordero lechal al horno, que no necesita prácticamente nada para ser un bocado sublime, cuya carne parece que se deshace en la boca. La cría de la oveja, que sólo se ha alimentado de leche es también un plato muy típico de Castilla y León, donde suele ser la estrella de los muchísimos asadores de la zona. Su carne es finísima y jugosa, de un color rosáceo blanquecino, y con menos cantidad de grasa que los animales de mayor edad.
Y no podemos hablar de carnes, sin hacerlo de las aves. Son muchas las que puedes encontrar en nuestro Supermercado en estas fechas, pero nos vamos a centrar en la pularda lista para asar. La pularda es una gallina de entre dos y tres meses, cuya carne blanca es muy rica en grasa infiltrada, y es sabrosa y tierna. Es una pieza propicia para asar al horno, y su gran tamaño la hace ideal para poder servirla también rellena de una gran cantidad de ingredientes como foie, trufa, pasas, piñones…
Ya has visto una pequeña parte de todas las carnes que te esperan en nuestros mostradores. Además, puedes beneficiarte de los prácticos servicios que te ofrecemos, como la reserva de tus productos frescos para las fechas más señaladas, o el asesoramiento y la gran variedad de cortes y preparaciones que nuestros profesionales pueden ofrecerte.
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