Si aún no los has hecho, déjate embriagar por el oscuro misterio y carácter de la cerveza negra.
La cascada ascendente que forman las burbujas de su espuma mientras van separándose lentamente del cuerpo oscuro, su sabor diferente y aroma persistente la convierten en la compañera perfecta en cualquier celebración.
Una bebida que se ha convertido en un objeto del deseo al alcance de todos los bolsillos.
Las cervezas negras fueron redescubiertas en Alemania a raíz de la reunificación, y se asocian con los estados del viejo continente. La tradición de las cervezas negras y "Lagers"muy oscuras surgió en las ciudades del norte de Baviera.
Aunque desde el siglo XVII también se elabora en Irlanda cerveza negra a la que se le suele denominar "Stout" (robusto) término que define su carácter, con acusado aroma y afrutada acidez. Según se cuenta, la "Stout" tuvo su origen en el incendio que devastó Dublin en 1666.
Casi toda la cosecha de cebada se calcinó durante el mismo, y el rey Carlos II decidió usarla para fabricar cerveza. Él fue el primero en probarla, y luego ordenó que se distribuyera en grandes cantidades a la población, para familiarizarla con el nuevo sabor.
Hoy día también existe una interesante elaboración de esta variedad de bebida en países tan diferentes como Bélgica, España, Inglaterra e incluso México. La principal diferencia entre la cerveza rubia y la negra es el característico color negro rubí de esta última, que se lo da la malta tostada, uno de los cuatro ingredientes principales junto al lúpulo, la levadura y el agua de manantial.
Son cervezas de fermentación alta, y a simple vista se identifican porque son muy oscuras y cremosas. La otra diferencia fundamental es la espuma; suave, cremosa y sobresaliendo ligeramente sobre el borde del vaso, se convierte en un remate atractivo a la vez que en su principal tarjeta de presentación.
Se dice que en una buena pinta de cerveza negra la espuma debe ser muy densa y persistir cuando lleguemos al final del vaso.
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