Patrimonio de la Humanidad
El champagne es un producto 100% francés que se produce en un solo rincón del mundo, unos viñedos situados a unos 150km al este de París, reconocidos en 2015 como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, que forman unas 34.300 hectáreas e incluyen 319 municipios. Los relieves, los subsuelos y el clima de las tierras de la región de Champagne contribuyen al carácter único de sus espumosos.
Tranquilos (sin burbuja) en origen, los vinos se someten a una segunda fermentación dentro de la botella (método champenoise) que, tras un posterior proceso de envejecimiento, confiere la efervescencia y la excepcional singularidad a estos vinos.
Además, los múltiples estilos de vinos espumosos son el resultado de las infinitas posibilidades que da su ancestral método y arte en el ensamblaje, al combinar diferentes variedades de uva, terruños, tipicidades, municipios y añadas.
Las tres variedades de uva más utilizadas en la denominación son Chardonnay, Pinot Noir y Meunier, representando el 99,7% del viñedo:
Pinot Noir: representa el 38% del viñedo de Champagne. Aporta cuerpo, potencia y estructura a los vinos de Champagne. Los vinos resultantes se distinguen por aromas a frutos rojos y flores (rosa y violeta).
Chardonnay: representa el 31% del viñedo. Aporta una gran frescura al Champagne. Los vinos a base de chardonnay se caracterizan por aromas delicados, notas florales, de cítricos y a veces minerales. Es una variedad de uva ideal para el envejecimiento de los vinos.
Meunier: Representa el 31% de las uvas cultivadas en Champagne. Aporta redondez a los vinos de Champagne. Proporciona vinos flexibles y afrutados que evolucionan un poco más rápidamente, y se caracterizan por aromas de frutos amarillos.
Tres hechos intervienen en el proceso de elaboración del champagne:
Las uvas: las variedades utilizadas por las grandes casas para la elaboración de champagne son chardonnay, la pinot noir y la meunier. Representan un 99,7% del viñedo. Sin embargo, existen también cuatro otras uvas autóctonas que están admitidas dentro de la apelación, la pinot blanc, la pinot gris, la arbanne y la petit meslier. Cada casa elige “su” uva dominante en función del perfil de vinos que quiere destacar. La uva chardonnay lleva más frescura y aromas cítricos donde la pinot noir ofrece aromas más estructurados de frutos rojos.
Los viñedos: el término CRU se refiere a viñas o viñedos de calidad reconocida. En el contexto del champagne, su clasificación es fundamental para entender la procedencia y el valor de cada botella. La calidad de la uva producida en los pueblos se clasifica del 80% al 100%. Esta escala refleja la calidad de los vinos producidos en cada localidad, estableciendo una clara distinción entre ellos...
-Champagne Cru se elabora con uvas clasificadas entre el 80% y el 89%.
-Champan Premier Cru se elabora con uvas clasificadas entre el 90% y el 99%
-Champan Grand Cru alcanza el 100%. Constan 17 viñedos calificados como Grand Crus, 44 Premiers Crus y 319 Crus en toda la Champagne.
El azúcar: los vinos de Champagne también están clasificados en función de su nivel de azúcar. Durante la penúltima etapa de producción, antes de poner la botella bonita con si etiqueta, se añade lo que llamamos “licor de dosaje” (o de expedición). Este licor es una mezcla de azúcar líquido y vino tranquilo. En función del equilibrio que se desea alcanzar en cada champan, el porcentaje de azúcar liquido varia. Existen también champanes sin ningún azúcar añadido que entran en la categoría Brut Nature.
Champagne Brut: Un gran clásico ineludible, un champagne para todas las ocasiones. El término brut hace referencia al dosaje, es decir, a la aportación de un ligero toque azucarado (el licor de dosaje) al final de la vinificación. Un champagne brut contiene menos de 12 g de azúcar por litro. El dosaje brut concierne a más del 90% de los vinos de Champagne.
Champagnes para momentos dulces: existen vinos en los que el porcentaje de azúcar será más elevado, entre 17 y 32 gramos de azúcar por litro para un champagne seco, entre 32 y 50 gramos para un semiseco, y más de 50 gramos para uno dulce. Aunque estos vinos no son los más comunes, merece la pena descubrirlos. Estos vinos de champagne serán más redondos, más dulces. En boca, ofrecen notas afrutadas, muy suaves. Pueden asociarse de forma muy interesante con algunos platos como, por ejemplo, recetas dulces-saladas.
Champagne rosado: elegancia y pluralidad, un champagne lleno de color. El champagne rosé puede elaborarse de dos maneras. El rosé de ensamblaje se obtiene mezclando vinos blancos con entre un 5 y un 20% de vinos tintos. El rosé de maceración se obtiene por maceración del jugo con las pieles de las uvas negras durante 36 horas. El rosé de sangrado es un rosado de maceración, pero con un tiempo de maceración más corto (entre 8 y 12 horas). Muy de moda, estos vinos pueden ir desde el rosa claro hasta el rosa intenso y desde el más ligero hasta el más robusto. Pueden desarrollar aromas torno al frescor (cítricos, fresas silvestres) o, por el contrario, más suaves, más potentes (frutos amarillos maduros, pequeños frutos rojos) o complejos, combinando notas afrutadas (bayas silvestres) con notas de sotobosque.
Champagne blanc de blancs: el refinamiento y el frescor. Un champagne elaborado con uvas blancas. Se habla de champagne blanc de blancs para designar vinos en los que no hay ninguna variedad de uva negra. Así pues, en el ensamblaje se podrá encontrar una o varias variedades de uva blanca con la chardonnay, por supuesto, pero también la arbane, la petit meslier, la pinot blanc y la pinot gris. Estos vinos de Champagne son pura delicadeza. Tienen generalmente una estructura ligera en boca, aérea. Son vinos luminosos, de estilo refrescante, cuya vivacidad despierta agradablemente el paladar y las papilas.
Champagne blanc de noirs: potencia y cuerpo. Un champagne elaborado con uvas negras. La denominación blanc de noirs se refiere a un champagne elaborado únicamente a partir de variedades de uva negra, como la pinot noir y/o la meunier. Su carne y, por tanto, el jugo que dará su color al futuro vino de Champagne, es de color blanco. Durante el prensado se limitará al máximo el contacto entre el jugo y las pieles para evitar que se coloree. Estos vinos de Champagne dan una impresión de potencia, densidad, estructura y robustez. Generalmente tienen más cuerpo que los vinos que integran variedades de uva blanca en su ensamblaje. También presentan lo que se denomina "vinosidad".
Champagne millésimé o vintage: el prestigio de un año. Un champagne excepcional. Cuando un año merece ser magnificado, cuando una cosecha revela una tipicidad que vale la pena preservar, se opta por elaborar un champagne millésimé. Todos los tipos de champagne pueden convertirse en champagne millésimé. La decisión la toma única y exclusivamente el elaborador. Para marcar sus características, permanecerá como mínimo 36 meses en bodega y frecuentemente mucho más. El champagne millésimé es un vino de gran carácter, que llevará los marcadores de su año. Son vinos prestigiosos, generalmente reservados para grandes ocasiones. Pero también pueden degustarse durante un aperitivo con amigos para descubrir nuevos aromas más pronunciados, como el sotobosque, los aromas del pan de especias, los frutos secos, el café, el cacao o incluso las pasas.
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