Una vez abierta, una botella de vino blanco o tinto que no haya sido consumida puede guardarse en el frigorífico por un tiempo no superior a cinco días y siempre y cuando, hayamos vuelto a colocarle el corcho.
Antes de volver a servirlo , déjelo unos minutos a temperatura ambiente para que “recobre vida” y sírvalo de forma habitual.
Habla ahora…