EN 2004, HENDRICK’S GIN ATERRIZABA EN ESPAÑA. CON ELLA LLEGABA UNA NUEVA FORMA DE ENTENDER Y DEGUSTAR ESTE DESTILADO QUE SE ADORNA CON PEPINO.
Al suroeste de Escocia se produce Hendrick’s Gin, destilada a partir de una receta única donde se mezclan once especies botánicas entre raíces, flores, semillas y frutos (bayas de enebro, coriandro, raíz de angélica, cáscara de naranja, cáscara de limón, raíz de oris, bayas de cubeba, semillas de alcaravea, flores de saúco, camomila y reina de los prados). Una vez destilada esa combinación llega el momento de añadir el ingrediente que da ese toque especial: la infusión de pepinos de Holanda y pétalos de rosas damascenas de Bulgaria.
Para obtener ese sabor tan suave y delicado, además, se necesita un proceso artesanal muy controlado como el de esta ginebra, que se elabora por remesas de 400 litros dada la capacidad limitada de los dos viejos alambiques del siglo XIX (el Bennet y el Carter- Head) donde se destila.
Una pequeña botella de boticario, de estilo victoriano y con tapón de corcho, guarda en su interior la única ginebra del mundo que se toma con una rodaja de pepino, detalle que habla de la originalidad de un espirituoso de color acerado y brillante, con aromas fl orales y cítricos muy intensos y ligeros toques de fl or de jara y retama. Tiene un aroma intenso, potente y elegante, con un alcohol bien integrado y fondo de acícula de pino que, en la boca, deja un delicioso y suave sabor a rosa y violeta.
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