Compra una lubina y pídele al vendedor que haga filetes de los dos lomos, que limpie las espinas y le quite la piel.
Cogemos los filetes, los colamos en un plato hondo, los rociamos con el limón y los dejamos entre 15 y 30 minutos, dependiendo del grosor de los filetes, para que se marine. Cogemos la mezcla de lechugas, ya hecha, y la repartimos en 4 platos, de forma que quede en la parte superior del plato, para poder colocar en la parte inferior la lubina, una vez marinada.
A continuación repartimos los tomates por encima de la lechuga y aliñamos el plato con la sal y un chorrito del aceite.
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