El peral pertenece a la familia de las rosáceas y su origen se encuentra en Europa Oriental y Asia Occidental. Griegos y romanos fueron los primeros en dar fama a este árbol frutal. No hay fecha exacta, pero se sabe que ambas civilizaciones ya cosechaban peras entre 1.000 y 2.000 años a. de JC. Los romanos fueron los encargados de su introducción en España a través de la cuenca del río Ebro. Hoy, nuestro país es uno de los principales productores mundiales de esta fruta, junto con China, Italia, Estados Unidos y Argentina.
Existe una enorme variedad de peras, por encima de 1.500. Su forma también se define a partir de su genética: desde redondas hasta con forma de lágrima. Su sabor, textura y color son heterogéneos, desde el amarillo hasta el verde, pasando por el rojo y el pardo, siendo la piel más o menos lisa. En general, su pulpa es carnosa, de sabor más o menos dulce y con un alto porcentaje de agua. Fruta de climas templados y algo húmedos, más resistente al frío que al calor, su amplia gama de variedades permite su cultivo en climas diversos dentro de la zona templada. Es un frutal exigente en suelo, que debe ser homogéneo y profundo, ni muy seco ni demasiado húmedo.
El consumidor cuenta con un puñado enorme de variedades para elegir: Ercolini, San Juan, Conferencia, de Agua, Limonera, Conferencia, etcétera.
“Su piel amarillenta sobre fondo verde se debe a su proceso natural de maduración”
AZUCARADA Y LIGERAMENTE PERFUMADA, LA PERA ERCOLINI POSEE CARACTERÍSTICAS SINGULARES
La proximidad del Mediterráneo define el clima de Jumilla, en la región de Murcia. Se trata de un clima cálido, pero con suficiente altitud para que las temperaturas del invierno aporten el frío que necesita el cultivo del peral. La pera Ercolini se da, entre otras regiones, en estas tierras, donde la radiación solar provoca que, en su maduración, tenga un alto contenido de azúcares.
En la obtención de este fruto se utilizan técnicas tradicionales de cultivo, en combinación con tecnología respetuosa con el medio ambiente y la salud del consumidor.
El resultado de todo el proceso es que la pera Ercolini posee características organolépticas singulares: pulpa blanca y jugosa, dulce y azucarada y ligeramente perfumada. Su piel es de color amarillo sobre fondo verde, con chapa rojiza en la cara soleada, consecuencia de la gran insolación a la que está sometida durante la maduración.
Digestiva, nutritiva, sana y agradable. No podía ser de otra manera en una fruta que se compone principalmente de agua, además de azúcares, fibra y minerales como el potasio. También contiene betacaroteno, vitamina C y ácido fólico, además de fósforo, magnesio y calcio.
La piel contiene vitaminas, por lo que se aconseja lavarla y tomarla sin pelar. Al tratarse de una fruta muy jugosa es ideal para mermeladas, confituras y compotas. Para su conservación, lo mejor es colocarla en un frutero en un lugar fresco, seco y protegido de la luz. Si se deja en la nevera, lo mejor es hacerlo en el lugar menos frío.
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