España es el país más saludable del mundo con una puntuación de 92,7 sobre 100. Y no lo decimos nosotros sino el estudio de Bloomberg Healthiest Country Index, que resalta, además, una atención sanitaria pública de calidad y la lucha contra el tabaco. Estos factores, sumados a nuestra dieta mediterránea, nos han situado a la cabeza de la lista.
En dos años, España ha conseguido ascender seis puestos en el ranking de los países más saludables del mundo. En este último estudio de Blomberg Healthiest Country Index, nuestro país se posiciona en el primer puesto tras analizar varios factores entre los que se encuentran: hábitos alimenticios, sistema sanitario, esperanza de vida, tabaquismo, obesidad y medio ambiente, entre otros. En cuanto a los hábitos alimenticios se refiere, este estudio destaca los beneficios de la dieta mediterránea. Dos de nuestros productos más envidiados son el aceite de oliva Virgen Extra y nuestros frutos secos. El papel que estos juegan en nuestra dieta diaria es clave por una sencilla razón: influyen en una menor tasa de problemas cardiovasculares, que son la principal causa de mortalidad en el mundo.
La dieta mediterránea es conocida a nivel mundial, pero esto nos ha hecho plantearnos una pregunta, ¿sabes si realmente la sigues? Analizamos algunos de los alimentos y hábitos que tenemos que cumplir para llevarla a cabo.
A pesar de que la dieta mediterránea puede parecer un concepto conocido por todos los españoles, lo cierto es que gran parte de nuestra población aún no tiene claro si sigue o no una dieta mediterránea. En ese sentido, el cómo cocinar los alimentos y con qué es imprescindible. El uso del aceite de oliva como principal grasa de adición para la elaboración de tus recetas será primordial así como el consumo de alimentos de origen vegetal en abundancia como las frutas, verduras, legumbres y frutos secos. Además, el pan y los alimentos con procedencia cereal como la pasta y el arroz -especialmente su variedad integral- deben formar parte de tu alimentación diaria. No debes olvidar que los alimentos sin procesar, es decir, frescos y de temporada siempre son los más saludables. Para completar el círculo, los productos lácteos son otros de los pilares de la dieta.
Si nos centramos en las proteínas, y más concretamente en la carne roja, es preferible un consumo moderado y, si puede ser, incluido en algún guiso. Para el resto, qué tal una vuelta y vuelta a la sartén, con un chorrito de aceite virgen extra y con alguna especia. ¡Delicioso y saludable! Otra apuesta segura son los pescados frescos que deben ser protagonistas en tus menús. Llegados al postre, qué mejor que la fruta de temporada para beneficiarnos de todo su sabor y propiedades. Los dulces y pasteles déjalos preferiblemente para ocasiones especiales.
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