Te descubrimos los secretos de esta verdura con poderosos efectos antioxidantes, que apenas engorda y se presta a los más deliciosos e imaginativos platos. La primavera es la época en la que se encuentran en su punto óptimo de consumo y, por eso, te contamos todo lo que necesitas saber para apreciarlos como se merecen.
Todavía son muchos los que hablan de espárragos verdes y trigueros indistintamente. Pero, en realidad, no son exactamente lo mismo. Los espárragos verdes pueden ser trigueros, que nacen silvestres en el campo, o de cultivo, que son de menor tamaño, tallo más duro y sabor más suave que los primeros.
A diferencia de sus parientes blancos, los espárragos verdes no crecen debajo de la tierra. La acción del sol sobre ellos activa la clorofila que les proporciona su característico color. El hecho de recibir la luz solar no solo les dota de su tono verde sino que, además, les proporciona más cantidad de vitaminas (sobre todo del grupo B y A) y minerales (como potasio, calcio o magnesio) que los espárragos blancos. Además, pueden presumir de ser un alimento muy bajo en calorías (contienen tan solo 18 calorías por cada 100 gramos), de poderoso efecto diurético.
A la hora de comprarlos, fíjate en que las puntas estén bien cerradas y compactas, tengan el tallo firme y el color sea uniforme.
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