Su aparente sencillez y discreción en el mundo gastronómico no han pasado desapercibidos para los paladares más sibaritas, que han sabido valorar como se merece a esta delicatessen terrenal llena de cualidades.
Muy apreciado por su sabor, el espárrago verde, también llamado negro, amargo o triguero, empezó a ser cultivado por sus múltiples propiedades medicinales y por ser un potente afrodisíaco. Se consumen cocidos, para lo que antes hay que lavarlos y pelarlos, desde la punta hasta la base. Para cocerlos (de 5 a 10 minutos) añade sal, azúcar y unas gotas de zumo de limón al agua. Recuerda que es recomendable usar un recipiente alto para que las yemas no queden cubiertas de agua. Una vez cocidos, déjalos enfriar en la misma agua donde los has cocido. Su bajo contenido calórico y alto en potasio lo convierten en un alimento idóneo para incluir en dietas hipocalóricas, en casos de hipertensión y muy especialmente para las mujeres embarazadas.
Cocinados a la plancha, con unas gotitas de aceite de oliva virgen extra y sal gorda están ¡deliciosos!
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