Espárragos y alcachofas de tierras navarras

Tradición gastronómica

La cocina navarra, asentada sobre la base de una cocina tradicional que ha sabido armonizarse con las nuevas tendencias culinarias, cuenta con una denominación propia que identifica los productos de alta calidad que se elaboran en esta comunidad. En su seno ya constan 16 Certificaciones de Calidad y 8 Normas Técnicas Específicas para especialidades como el pimiento de piquillo de Lodosa, el queso Idiazábal, el pacharán, la cuajada, la chistorra o dos de los ingredientes huertanos por excelencia, el espárrago de Navarra y la alcachofa de Tudela, ambos bajo la denominación de Indicación Geográfica Protegida. Durante los tres años de andadura se han ido añadiendo especialidades que muestran el amplio abanico de posibilidades culinarias de una región que ha sabido integrar sus tradiciones con la innovación gastronómica.

Manjares de la tierra

Dos de los productos más destacados de las tierras navarras son el espárrago y la alcachofa, cuyo espectacular sabor puede disfrutarse todo el año gracias a las cuidadas conservas. El espárrago de Navarra, de color blanco marfil y escasa fibrosidad, se produce, elabora y envasa en la Ribera del Ebro (Navarra, Aragón y La Rioja), zona de fértiles huertas y clima mediterráneo. Puede encontrarse en fresco durante los meses de abril a junio o en conserva durante todo el año. En ambos casos, su sabor es suave y extraordinario, característico de un espárrago de calidad. También disfruta de esta calidad la alcachofa, cuya característica forma redondeada y el pequeño orificio que forman sus hojas en la parte superior conforman las señas de identidad de esta variedad autóctona, denominada “Blanca de Tudela”, que puede degustarse también en fresco o en deliciosa conserva.

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