Espuma de naranja

Lavar las naranjas y el limón con agua fría frotando bien la piel. Secar con papel absorbente. Rallar la piel de todos los cítricos con la parte más fina del rallador. Exprimir el zumo de 1 naranja y del limón. Poner las hojas de gelatina a remojar en agua fría. Llenar una cazuela, hasta la mitad, con agua fría (la cazuela debe ser lo suficientemente grande como para montar un baño maría).

Calentar el agua sin que llegue a hervir. Poner las yemas y el azúcar en un cazo bastante hondo y de diámetro mediano, para que quepa la cazuela. Batir con varillas eléctricas y colocar el cazo dentro de la cazuela con el agua a punto de ebullición.

Añadir las ralladuras de naranja y de limón. Continuar batiendo, con el cazo puesto al baño maría, hasta que la preparación adquiera una consistencia espumosa y ligera. Retirar del fuego y añadir las hojas de gelatina escurridas. Remover suavemente hasta que se diluyan. Verter el zumo de los cítricos y mezclar. Dejar enfriar un poco antes de incorporar el yogur.

 

Remover y dejar reposar en la nevera durante 5-10 minutos. Montar la nata e incorporarla suavemente a la preparación anterior. Repartir la espuma de naranja en 6 copas. Retirar las hojas de las phisalis y partir por la mitad. Adornar con el chocolate blanco y la phisalis partida