El día de Reyes no sería lo mismo sin este bollo de mantequilla y azahar. Con o sin relleno, si es del Club del Gourmet siempre depara sorpresas.
Resulta sencillo identificar un roscón de Reyes. Un bollo en forma de rosca grande decorado con fruta de colores. Pero pensar que cualquier dulce que cumpla esta descripción puede considerarse un buen roscón es aventurado. La complejidad de este dulce navideño se explica por el gusto y la textura de su interior, la fruta y almendra que lo decoran y el opcional relleno de nata. “La masa ha de ser tierna y elástica, tipo brioche, con un sabor profundo a mantequilla y suave a cítricos y un olor ligero a azahar”, explica María Gómez, responsable de I+D del obrador de El Corte Inglés. La fruta escarchada es fundamental para testar su calidad. “Tiene que ser fruta confitada de gran calidad”, advierte. Aunque cada vez se ven más roscones con nata y otras cremas, originalmente se tomaba sin relleno. “Si lleva nata tiene que ser de verdad, no esos mixes de grasas vegetales que se pegan al paladar”, dice Gómez. El roscón del Club del Gourmet lleva nata chantilly, y se elabora con masa madre, huevos, leche, miel de mil flores, ralladura de naranja y limón, canela, agua de azahar y ron añejo. “Le damos un amasado delicado pero prolongado con varias fermentaciones y un reposo de 24 horas”, cuenta. “Y, sobre todo, le ponemos dedicación y pasión”, concluye.
Como de cualquier producto, existen variantes que se alejan de la tradición, pero que no le restan calidad. Este año, por ejemplo, hay dos novedades: el clásico sin relleno pero bañado con un glaseado real (azúcar glas y clara de huevo) y uno relleno con cremoso de chocolate Dulcey de Valrhona, crujiente de avellana y confit de albaricoque. “No hay por qué elegir, depende del momento”. De postre o para merendar, en el desayuno con un café o acompañado de chocolate a la taza o con una copa de vino. “A mí me gusta tomarlo con un moscatel de mi tierra”, cuenta esta alicantina. En Francia, donde se popularizó tomar este dulce el 6 de enero, se llama Couronne des Rois (Corona de los Reyes). La forma redonda y con un agujero en medio imita una corona y la fruta representa las joyas. En Portugal toman el Bolo do Rei, aunque es un bollo más denso y lleva pasas. En Colombia, a la rosca le añaden jalea de guayaba, y en Venezuela hay versiones en las que el agujero se rellena con nata. El día que lo hagan en Nueva Zelanda igual se parece más a una empanada gallega.
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