Picar las avellanas en trozos más o menos gruesos y cortar los higos en láminas finas. Mezclar el agua tibia con la levadura y el aceite (la levadura ha de quedar bien disuelta) Incorporar la harina y la sal. Ir mezclando para formar un bollo que no se pegue a las manos. Dejar descansar la masa hasta que doble su volumen. Incorporar las avellanas a la masa y dividir en cuatro piezas. Estirarlas dándoles la forma deseada e insertar las láminas de higos en la superficie. Echar un hilo de aceite por encima y hornear a 200 ºC hasta que estén dorados. Retirar y servir.
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