Literalmente, el carnet de identidad del vino, el documento legal y la primera comunicación entre el elaborador y el consumidor. Según la normativa europea, en ellas debe figurar obligatoriamente el nombre del embotellador, su nº de registro, la región de procedencia, su graduación alcohólica y contenido. Además, los productores suelen proporcionar datos de interés para el consumidor tales como la variedad de uva con que está elaborado, la edad del vino, su envejecimiento,... Algunas botellas incluyen también una contraetiqueta en la que se completan estos datos con otras informaciones de interés e incluso con una pequeña nota de cata orientativa.
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