En el ecuador de la primavera es cuando entran en el mercado frutas propias de temperaturas cálidas. Las primeras en llegar son algunas frutas de hueso: aguacates, albaricoques, ciruelas, cerezas, melocotones, nectarinas y nísperos se convierten en las reinas de las fruterías.
Consumir alimentos de temporada es muy bueno por distintos motivos. Por una parte, es saludable ya que los alimentos estacionales son los más adecuados para tolerar el clima sin merma de energía. Por otra, es una de las maneras más naturales de contribuir a la reducción de emisiones de CO2 y a la preservación del medioambiente. Además, los productos de temporada se recogen en su punto óptimo de maduración y su consumo favorece la economía local. Y para redondear sus ventajas, tu bolsillo lo agradecerá ya que son más asequibles.
El cremoso aguacate es una fruta con gran contenido en fibra, vitamina C y potasio que ayuda a mantener la salud del aparato circulatorio, además interviene en el mantenimiento del sistema inmunitario y en la salud de la piel.
Es una fruta perfecta para ensaladas, tostadas, sándwiches, para elaborar el riquísimo guacamole y para emplearla como si fuera mantequilla. Su origen lo encontramos en América Central.
¿Sabías que el albaricoque es una de las frutas que más vitamina A contienen? Esta vitamina es indispensable para la salud de la vista, para el correcto funcionamiento del sistema inmunitario, favorece la reproducción y es clave durante el desarrollo del ser humano. Es originaria de China y su cultivo es milenario.
La cereza es la fruta de hueso más pequeña aunque no por ello tiene menos propiedades. Su alto contenido en melatonina favorece el sueño, por lo que es muy recomendable para los niños y para los adultos estresados. Su color rojo o, incluso, carmesí nos indica que contiene antocianinas, un poderoso antioxidante.
Deportistas, ¡ojo al dato! La cereza reduce los dolores musculares provocados por la práctica de ejercicio físico: hablando en plata, ¡previene o suaviza las agujetas!
Es una fruta propia de Asia occidental y del sudeste europeo.
Es muy rica en antioxidantes, también es una muy buena fuente de fibra y vitamina C. Originaria de China donde se creía que era la fruta de la inmortalidad, el melocotón es una fruta muy jugosa y extremadamente aromática. Y aunque ahora sabemos que no preserva la vida por siempre jamás, también tenemos constancia científica de que es una fruta que contribuye al mantenimiento de una salud óptima.
La nectarina es un tipo de melocotón que surgió hace apenas tres siglos. Por tanto, estamos ante la más joven de las frutas de hueso. Tiene mucha vitamina C indispensable para el crecimiento y la reparación de tejidos (también ayuda a la curación de heridas en menor tiempo). Además, es clave para la formación de colágeno. Por otro lado, también cuenta con una cantidad reseñable de antioxidantes.
El paraguayo no es de Paraguay sino que su origen lo encontramos en China. Es un tipo de melocotón con grandes propiedades gracias a su contenido en vitamina C y en vitaminas del grupo B, y en minerales como el calcio y el fósforo que ayudan a la protección de los huesos y de los dientes.
Es una fruta poco calórica, con mucho poder saciante, con la piel más fina que el melocotón y una pulpa dulce, sedosa y deliciosa.
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