Ya os hemos hablado de las pizzas, una especialidad de la cocina italiana cuyo consumo surgió en Nápoles para extenderse por todo el mundo. Hoy os queremos dar los trucos que utilizan los italianos para hacer sus pizzas caseras, para que cuando los pongáis en práctica, os podáis sentir como esos maestros pizzaiolos y hagáis disfrutar a la familia con vuestras elaboraciones.
Hacer tu propia masa de pizza casera es sencillo y merece la pena comprobar la diferencia entre utilizar una base precocinada o hacerla uno mismo. Para hacer masa de pizza, necesitamos mezclar harina, levadura y agua, como con cualquier otra receta de pan. El secreto de muchos italianos para preparar una base de pizza especial, es incluir un poco de sémola o semolina, una harina dura de trigo que aportará firmeza y un toque crujiente a la base.
Existen muchas proporciones para esta receta, aquí os recomendamos la infalible. Probad mezclando 300 g de harina de trigo, 50 g de sémola de trigo o semolina, 5 g de levadura fresca de panadería, 10 g de azúcar, 5 g de sal, 30 ml de aceite de oliva virgen extra y 175 ml de agua.
Tras amasar y dejar reposar unos treinta minutos, se puede estirar la masa y utilizarla como base para nuestra creatividad, utilizando diferentes ingredientes como cobertura de este plato. No es necesario lanzar el disco o base de la pizza para estirarlo como los expertos en la materia, ya que se puede estirar perfectamente usando un rodillo sobre una encimera enharinada.
Otra posibilidad para elaborar la base de la pizza, es sustituir la de pan por ingredientes similares como obleas de empanadilla. Otros poco comunes, son las pizzas con base de patatas fritas, la pizza con base de carne picada o Meatzza, o usando ingredientes diferentes como rodajas de berenjena como base de la pizza.
Aunque todo italiano pensaría en tomate o passatta como primer ingrediente para cubrir la base de pizza y en mozzarella como el queso tradicional con el que darle el toque graso y crear los deliciosos hilos de queso fundido, caben muchas más posibilidades al elaborar una pizza, ya que los italianos tienen mucha creatividad a la hora de poner ingredientes sobre esta base.
Existen muchas pizzas sin tomate, ya sea con una base blanca, -elaborada solamente con queso o con una crema basada en la nata- o con otros productos como las pizzas con una crema de aguacate, con su peculiar color verde, u tras hortalizas.
En cuanto a los quesos, nada impide utilizar otras variedades con más sabor que la mozzarella, como el gorgonzola, el peccorino o las mezclas de quesos. Incluso si estos son de otra procedencia, como el emmental, el cheddar y otras variedades como los quesos de cabra, introduciendo otras variedades de queso, la pizza tendrá más elasticidad, en especial los hilos de queso fundido, aportando incluso otro colorido.
Respecto a qué ingredientes poner sobre la base y el queso, -además de los clásicos jamón, chorizo pepperoni, bacon, anchoas o champiñones-, recordad que prácticamente todo vale en una pizza. Un ejemplo, esta pizza de sobrasada y piñones, que sin ser una pizza ortodoxa italiana si funciona perfectamente ya que la combinación es equilibrada.
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