Sales a correr, pedaleas cuesta arriba o acabas de hacer una buena sesión de entrenamiento y estás empapado de sudor. En ese momento, las bebidas deportivas son una ayuda real cuando el esfuerzo físico es intenso y sostenido. Pero... ¿son para todo el mundo? ¿De verdad hidratan mejor?
En 1965, un equipo de médicos de la Universidad de Florida creó la primera bebida deportiva para ayudar a los jugadores de su equipo de fútbol americano a combatir la deshidratación y el agotamiento durante los partidos. El resultado: mejor rendimiento… y una revolución en la nutrición deportiva.
Desee entonces, estas bebidas han evolucionado a mejor. Básicamente, combinan tres elementos clave que el cuerpo necesita cuando entrena duro.
Cuando haces ejercicio intenso, pierdes mucha agua al sudar, y no reponerla puede afectar tu energía, concentración o incluso provocar calambres. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y expertos como Harvard Health Publishing coinciden en que estas bebidas con electrolitos y carbohidratos ayudan a mantener el rendimiento y reducir la fatiga en entrenamientos prolongados.
Al sudar pierdes electrolitos como sodio, potasio, magnesio y calcio, fundamentales para el buen funcionamiento muscular, la presión arterial y evitar calambres. Reponerlos durante el ejercicio ayuda a mantener el rendimiento y prevenir molestias, según recomendaciones del American College of Sports Medicine y estudios recientes.
Las bebidas deportivas aportan azúcares simples como glucosa o sacarosa, que se absorben rápido y ayudan a mantener la energía durante el ejercicio. El American College of Sports Medicine confirma que estos carbohidratos retrasan la fatiga y mejoran el rendimiento en esfuerzos prolongados.
Aunque a simple vista todas las bebidas deportivas parezcan iguales, en realidad no funcionan igual en tu cuerpo. Se dividen en tres tipos según la cantidad de azúcares y sales minerales que tienen comparado con la sangre, y eso influye en cómo se absorben y para qué sirven.
1. Tipo isotónicas
Tienen una composición parecida a la de tu cuerpo, así que se absorben bien y te hidratan mientras te dan una dosis moderada de energía.
Uso. Son las más populares y versátiles, perfectas para deportes como fútbol, correr o bici cuando entrenas o compites más de una hora. Mantienen el equilibrio justo entre agua, minerales y carbohidratos.
2. Tipo hipotónicas
Tienen menos sales y azúcares que tu sangre, por eso se absorben rapidísimo. Son ideales cuando solo quieres hidratarte sin necesidad de energía extra.
Uso. Perfectas para entrenamientos cortos, días muy calurosos o si sudas mucho pero no haces ejercicio muy intenso por mucho tiempo.
3. Tipo hipertónicas
Contienen más azúcares y sales que la sangre, por eso tardan un poco más en absorberse y tu cuerpo debe ajustarse a esa carga extra.
Uso. Se usan para recuperar energía después de entrenamientos muy largos o exigentes o cuando no puedes comer enseguida. A veces se mezclan con agua para evitar que deshidraten.
En la mayoría de los supermercados y grandes superficies, las bebidas deportivas más comunes que encontrarás suelen ser las isotónicas. Las bebidas hipotónicas y hipertónicas son menos habituales y más específicas, por lo que suelen encontrarse en tiendas especializadas en nutrición deportiva o en secciones específicas para deportistas.
Las bebidas deportivas son estupendas, pero recuerda que no son recomendables para niños ni adolescentes sin que lo aconseje un médico.
Habla ahora…