Acercarse a la Pescadería del Supermercado de El Corte Inglés en estas fechas es todo un espectáculo visual. Vas a encontrar los mejores pescados y mariscos que existen, llegados desde las mejores lonjas de nuestros puertos, donde El Corte Inglés tiene acuerdos preferenciales. Y además de la máxima calidad, puedes contar con servicios tan interesantes como reservarlos con antelación o la posibilidad de cocer tus mariscos en la propia Pescadería.
Dentro de los mariscos, los crustáceos decápodos son aquellos que tienen diez patas, y son algunas de las piezas más cotizadas del mar debido a su excelente sabor y a la gran demanda que tienen en estas fechas. Si preparas una bandeja de estos mariscos, te aseguramos que van a durar muy poco en la mesa. ¡No te despistes! Cuando escuchas la alineación, es imposible que no se te haga la boca agua: cigalas, langostinos de Madagascar, carabineros, gambas, nécoras, camarones, buey de mar… Conócelos un poco mejor.
Crustáceo de tamaño medio, de cuerpo alargado siendo su primer par de patas unas pinzas largas y espinosas. Su caparazón va del rosáceo al naranja pálido con acentuaciones rojizas y manchas blancas. Los ejemplares más grandes pueden llegar a medir hasta 30 centímetros y pesan 600 gramos. De todos los crustáceos, la cigala es de los que menos calorías aporta. Su carne es muy suave al paladar, y su preparación más habitual es cocida, aunque a la plancha o en arroces siempre es espectacular.
Dentro de las distintas clases de langostinos que existen, el de Madagascar está considerado de las mejores. Al oeste de esta isla africana se encuentra el manglar donde se cría esta especie de una forma totalmente respetuosa con el medio ambiente. Su tamaño es muy grande y su carne es muy firme y crujiente. Puede llegar a medir hasta 15 centímetros, y su consumo habitual es cocido solo o con algún tipo de salsa.
Su intenso color rojo, sobre todo en la cabeza y en el final de la cola es lo primero que llama la atención de este gran crustáceo (puede llegar hasta los 40 centímetros). Su sabor es más fuerte que el de las gambas o los langostinos, de ahí que sea muy cotizada tanto su cola, como su cabeza, sobre todo para la elaboración de salsas y arroces. También destacan sus antenas, que son tan largas que pueden llegar a triplicar la longitud de su cuerpo. El gran tamaño de los carabineros y su extraordinario sabor le permiten ser el protagonista de multitud de recetas, en las que siempre será la estrella, como en arroces caldosos o secos, con pasta, a la plancha, al horno…
El camarón, que también es conocido como quisquilla, es el más pequeño de la familia de los crustáceos decápodos, pero lo que no es nada pequeño es su sabor, que es realmente muy intenso. Físicamente, el camarón es muy similar a una gamba o a un langostino, y realmente se diferencian en el tamaño, ya que los ejemplares más grandes sólo llegan a medir unos 6 centímetros. Su alimentación fundamental es a base de algas, y en su pequeño cuerpo destaca su abdomen grueso y musculoso que contraen para huir hacia atrás de los depredadores. Su pequeño tamaño permite utilizarlos en infinidad de recetas, como en las famosas tortillas de camarones, aunque cocidos, son irresistibles.
En España consumimos principalmente dos tipos de gambas, la gamba roja, también llamada alistado, y la gamba blanca, ambas pescadas en nuestras costas. La blanca (entre 10 y 15 centímetros) es más pequeña que la roja (entre 15 y 20), y el sabor de su carne es más suave y delicado, mientras que el de la roja es más intenso. Dentro de las gambas rojas, aunque sean la misma especie, se las suele distinguir por sus lugares de pesca; así las más demandadas son la gamba de Palamós o la gamba de Denia. Dentro de la gamba blanca, las que se obtienen en la costa de Huelva son quizá las más famosas. Las gambas son habituales en los arroces de marisco, pero cocidas y, sobre todo, a la plancha con sal gruesa son un plato insuperable.
Si nos adentramos en el mundo de los “cangrejos”, aunque también son crustáceos decápodos, nos encontramos con dos clásicos como son la nécora y el buey de mar. La primera mide entre 7 y 12 centímetros y tiene un caparazón pardo oscuro, mientras que el buey de mar tiene un tamaño muy considerable (los ejemplares más grandes miden 25 centímetros) y un color rojo oscuro. Ambos tipos de crustáceos se encuentran en los litorales atlánticos, y mientras que las nécoras se pescan habitualmente en las costas gallegas, los bueyes de mar son habituales también en las costas francesas. La carne de la nécora es muy fina y exquisita mientras que la del buey tiene una jugosidad deliciosa, ambas con ese aroma y sabor a mar tan inconfundible.
Para acabar esta “mariscada”, dejamos los crustáceos y hablamos del molusco bivalvo más famoso del mundo: la ostra de mar. Existen diversos tipos de ostras, como la del Pacífico, la europea o la gallega, donde crecen en bateas situadas en rías como la de Arousa, Muros-Noia o Pontevedra. Se trata de una ostra más aplanada que otros tipos. Su fama mundial se debe a su increíble sabor suave que tiene un gran equilibrio entre dulzura y salinidad, y a su frescura. La textura de su carne es firme y carnosa. Comer una ostra es toda una experiencia gastronómica, que no te puedes perder.
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