Una dulce historia

La mermelada es una conserva que se elabora exclusivamente con trozos de fruta y azúcar. Aunque son productos similares, hay que diferenciarla de la confitura y de la rapsodia de frutas. Se diferencia de la confitura en que esta se elabora con fruta triturada, azúcar y otros ingredientes como gelificante, lo que la convierte en un producto más denso y consistente. Y la diferencia principal con la rapsodia de frutas es que la rapsodia no lleva azúcar añadido, sino que se endulza con el azúcar y el zumo propios de las frutas.

Para encontrar el origen de las primeras mermeladas, nos tenemos que retrotraer a la antigua Grecia, donde ya se cocía el membrillo con miel para darle un aporte extra de dulzor. En los tiempos modernos, Europa y Estados Unidos se convirtieron en el epicentro de la producción de mermelada mundial, siendo sus firmas las más prestigiosas.

Más fruta, más calidad

Y es que el principal parámetro, aunque no el único, para medir la calidad de una mermelada es la cantidad de fruta que incluya. Por ejemplo, en España para ser considerada como mermelada, debe contener un mínimo de un 30% de fruta, y un 50% para ser considerada como de calidad extra. También influye, obviamente, la calidad de la fruta utilizada, así como los métodos de cultivo y elaboración. De ahí que una mermelada de producción ecológica o de métodos de elaboración artesanales resulte de una calidad superior.

¿Qué fruta te apetece hoy?

Tienes una variedad enorme de mermeladas de las mejores firmas para elegir, con sabores clásicos como la fresa y el melocotón, que siguen siendo las más consumidas. Pero también puedes encontrar propuestas tan sugerentes como la mermelada de arándanos, de frambuesa, de higos, de cereza, de naranja amarga... Una amplísima variedad para que tus tostadas -o tus postres, bizcochos o tartas- estén más ricas que nunca.