Reunirse con familiares y amigos en torno a la mesa es el momento ideal para ejercitar las relaciones sociales, ya que compartir un almuerzo o una cena es expresión de afecto, ya sea en un ámbito de amistad o de relaciones profesionales.
Si tenemos en cuenta la forma de las mesas a la hora de buscar una conversación fluida, sin duda la mesa redonda es la ideal, siempre que el grupo no supere las 10 personas. Si el número es mayor, es preferible una mesa ovalada. Una mesa sin puntas favorece la comunicación entre todos los comensales pero no permite distinguir entre la presidencia y el resto de invitados.
Las mesas cuadradas son perfectas para reuniones pequeñas e informales, pues tendremos la ventaja que todos los invitados podrán verse y mantener una conversación uniforme y cercana. No se utilizan en cenas de gala y resultan poco cómodas para más de 4 comensales independientemente de su tamaño.
Las mesas rectangulares permiten establecer cualquier tipo de precedencia ( inglesa, francesa, mixta…etc) y son habituales en cualquier hogar.
No dificultan la conversación pero sí generan diferentes focos, como ventaja añadida, hemos de señalar la posibilidad de añadirles otra mesa auxiliar con facilidad.
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