Por su especial forma abombada y su gran tamaño lo reconocerás fácilmente. A pesar de sus humildes orígenes, el moscón ibérico ha sabido ganarse un espacio de honor entre los embutidos de alta gama. Una delicia artesanal que te hará disfrutar, ¡a lo grande!.
Un producto excepcional y con unas cualidades únicas como las que presenta el morcón solo puede ser el resultado de buscar una identidad propia y diferenciarse del resto. La diferencia fundamental que presenta con otros embutidos está en la tripa natural con la que se embucha. En este caso se trata del ciego del cerdo, una zona más redondeada y de gran envergadura. El producto se anuda con hilo de algodón por su cara externa para conseguir una unión perfecta y que, al realizar el corte, no se desmenuce o deshaga la loncha. Otra de las diferencias es la carne que se utiliza. Se usa la cabecera del lomo ibérico troceado, procedente de cerdos ibéricos, y se adoba con pimentón, sal, ajo y especias como el orégano, aunque varía según la zona. Una vez que se mezcla con la carne, se deja reposar en frío durante 24 horas y se embucha la carne adobada cuidando de que no queden bolsas de aire en su interior dejándolo curar durante 6 meses. El resultado final es un embutido de color rojo intenso con partes blancas de grasa que despide los destellos anaranjados del pimentón. Su sabor característico y su aroma perfumado hacen las delicias de quien prueba el morcón.
Habla ahora…