Jamoncitos, contramuslos, alitas, muslitos, pechugas... Da igual la parte del pollo que elijas, su carne magra, sabrosa y nutritiva es una de las preferidas por todos. Un clásico que siempre triunfa.
El pollo se comenzó a domesticar en el valle del Indo, en Asia meridional, hace aproximadamente 4.500 años. Aunque se consume desde la Edad Media no fue hasta después de mediados del siglo XX cuando se popularizó masivamente su empleo en la cocina, debido en parte a su gran versatilidad y a su económico precio. Afortunadamente, hoy en día, la cocina moderna lo ha rescatado con todos los honores que merece y es un alimento común en todos los hogares. Acércate a tu Carnicería de El Corte Inglés donde podrás encontrar los mejores ejemplares de pollos enteros o despiezados. Su carne compacta, su pechuga ancha y redondeada con poca grasa, y sus muslos carnosos resultan perfectos para preparar infinidad de deliciosas y tradicionales recetas, como el pollo en pepitoria, al chilindrón, al Jerez, a la sidra, con limón... ¡Están para chuparse los dedos! Y si preparas unas pechugas a la plancha, tendrán sólo unas 15 Kcal por cada 100 gramos, proteínas de fácil asimilación y vitaminas A y B. Un alimento sano y perfecto para toda la familia.
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