Un gran plato requiere del mejor acompañante, que realce al principal, pero que por sí mismo sea toda una delicia. Lombarda, champiñones, boniatos, patatas, arroces… Te presentamos a los mejores actores secundarios, para que ganes todos los premios estas fiestas en tu mesa.
• 40 g de mantequilla salada
• 4 dientes de ajo finamente picados
• 600 g de champiñones Portobello lavados y secados con papel
• 1 cebolla pequeña picada
• 125 ml de vino blanco (opcional)
• 140 g de tomates secos en aceite
• 375 ml de nata líquida (mín. 35% m. g.)
• 1 pellizco de sal al gusto
• 1 pellizco de pimienta al gusto
• 100 g de hojas de espinaca tiernas lavadas
• 55 g de queso parmesano rallado fresco
• 1 cucharadita de maicena (opcional)
• 1 cucharadita de hierbas italianas secas
• 1 cucharada de perejil fresco picado
Calentamos una sartén grande a fuego medio-alto. Derretimos la mantequilla y salteamos la cebolla hasta que quede transparente; agregamos el ajo y cocinamos hasta que desprenda aroma (aproximadamente un minuto). Cocinamos los tomates secados al sol y el aceite junto con la mantequilla durante aproximadamente 2 minutos para que liberen todos sus sabores. Cocinamos los champiñones en los sabores del tomate durante aproximadamente 5 minutos.
Vertimos el vino blanco y dejamos que se reduzca a la mitad, mientras aprovechamos los restos del fondo de la sartén. Reducimos el fuego a medio-bajo, agregamos la crema y dejamos que hierva a fuego lento, mientras revolvemos de vez en cuando. Sazonamos con sal y pimienta al gusto.
Agregamos las hojas de espinaca; dejamos que se ablanden en la salsa, luego agregamos el queso parmesano. Dejamos que la salsa hierva a fuego lento durante un minuto más hasta que el queso se derrita en la salsa. (Para obtener una salsa más espesa, podemos agregar la mezcla de leche y maicena al centro de la cacerola y continuamos cocinando a fuego lento mientras revolvemos rápidamente la mezcla hasta que la salsa espese).
Mezclamos las hierbas y adornamos con perejil.
• 1,5 kg de lombarda
• 2 cebollas medianas
• 4 cucharadas de vinagre de manzana
• 1 cucharada de azúcar (o cantidad equivalente de vuestro edulcorante favorito)
• 1 cucharada de comino en grano
• 2 piezas de anís estrellado
• 2 manzanas reineta
• Un puñado de pasas o de piñones (a elegir)
• Aceite de oliva
• Sal al gusto
Limpiamos las hojas exteriores de la lombarda si están un poco feas y cortamos en cuartos. Quitamos el tronco y alguna nervadura más gruesa, y después rebanamos cada cuarto finamente. Lavamos y escurrimos bien. Pelamos y cortamos en juliana las cebollas.
Cubrimos con aceite de oliva el fondo de una cazuela grande, y sofreímos la cebolla despacio, hasta que esté transparente. Cuando la cebolla esté lista podemos quitar todo el aceite que queramos; ponemos las especias y las sofreímos un minuto, y agregamos la lombarda y mezclamos.
Añadimos entonces el vinagre y el azúcar. Agregamos igualmente las pasas, si las hemos usado. Removemos para distribuir bien.
Tapamos la cazuela y braseamos la lombarda a fuego muy bajo, removiendo de vez en cuando, para que se vaya haciendo en el propio jugo que va soltando, que se va aromatizando con las especias. La mantenemos así unos 40 minutos. Al cabo de ese tiempo añadimos las manzanas, previamente peladas y cortadas en cubos grandes. Mezclamos y cocemos otros 10 minutos.
Al cabo de ese tiempo la lombarda debería estar bien hecha. Salamos al gusto y añadimos los piñones en el último momento, si has optado por ellos.
• 2 cabezas de ajo
• 4 cucharadas de aceite de oliva
• 1,5 kg de boniatos
• 350 ml de nata líquida
• 50 g de queso parmesano
• 4 cucharadas de mantequilla
• ¼ cucharadita de sal
• 3 cucharadas de tomillo
• Pimienta negra al gusto
Calentamos el horno a 200 °C. Eliminamos las hojas sueltas de las cabezas de ajo y cortamos una rodaja de la parte superior de cada cabeza, dejando al descubierto la punta de los dientes de ajo. Regamos con aceite de oliva y envolvemos en papel de aluminio. Asamos en el horno unos 45 minutos. Dejamos enfriar. Cuando los ajos se puedan tocar, exprimimos las pieles para que salga la pulpa. Reservamos.
Pelamos los boniatos. Cortamos en rodajas y cocemos en agua hirviendo con sal hasta que estén tiernos, unos 20 minutos mínimo. Cuando estén listos, escurrimos el agua. Los pasamos a una fuente y los aplastamos con un aplastador o los pasamos por un pasapurés.
Agregamos la nata, la mantequilla y el queso al puré aún caliente y mezclamos. Salamos. Pasamos a la fuente de servicio y coronamos con el puré de ajo asado. Regamos con un chorrito de aceite y espolvoreamos con tomillo y con pimienta negra recién molida.
• 100 g de pistachos pelados
• 2 granadas
• 200 g de arroz basmati
• 400 ml de agua
• 4 dientes de ajo
• 1 cm de jengibre fresco
• 1 cucharada de mantequilla
• 2 cucharadas de aceite de oliva
• 1 cucharadita de cilantro en grano
• 2 cebollas moradas
• El zumo de 1 limón
• Perejil
Tostamos ligeramente los pistachos en una sartén sin grasa. Reservamos. Cortamos las granadas y desgranamos. Llevamos el agua a ebullición con sal y echamos el arroz. Agregamos los dientes de ajo y el jengibre pelado, tapamos y cocinamos el arroz a fuego muy lento, removiendo a mitad de cocción, durante unos 15 minutos, hasta que el arroz esté cocido y esponjado.
Mientras tanto, calentamos la mantequilla y el aceite en una sartén grande a fuego alto. Agregamos las semillas de cilantro; tan pronto como comiencen a estallar, agregamos la cebolla picada y el zumo de limón. Salteamos durante unos 10 minutos, hasta que las cebollas tomen color. Reservamos.
Una vez que el arroz esté cocido, retiramos y desechamos el ajo y el jengibre. Mezclamos con el perejil, la cebolla, los pistachos y las semillas de granada. Probamos la sazón y servimos.
• 900 g de patatas de guarnición
• 60 g de pan rallado
• 2 ramitos de romero fresco
• 115 g de mantequilla
• 15 g de sal en escamas
Calentamos el horno a 220 °C. Lavamos bien las patatas, pues las cocinaremos con piel. Elegimos las que sean de tamaños parejos y forma regular. Para cortar las patatas en rodajas sin llegar a separarlas del todo, las colocamos entre dos palillos chinos y cortamos con un cuchillo afilado en rodajas de unos 0,5 cm, hasta llegar a tocar el palillo, de forma que todas las rodajas queden unidas entre sí por una pequeña porción de patata.
Ponemos las patatas cortadas en una fuente de horno. Coronamos cada patata con un poquito de mantequilla y las asamos unos 20-25 minutos en el centro del horno con calor arriba y abajo, hasta que empiecen a estar tiernas y las rodajas se separen ligeramente.
Sacamos la fuente del horno y espolvoreamos con el pan rallado y las escamas de sal, así como las hierbas. Volvemos a coronar cada patata con un trocito de mantequilla. Devolvemos la fuente al horno y proseguimos el asado otros 10-15 minutos, según el tamaño de las patatas, hasta que estén bien tiernas por dentro.
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