El año 2008 estuvo dominado en la región de Champagne por cielos grises y cubiertos, una excepción en una década donde primó un sol radiante. Septiembre salvó la situación, como ya sucedió en 2000 y 2006 o en el emblemático 1966. La maduración superó todas las expectativas. Tras un largo periodo, la añada 2008 de Dom Pérignon ha alcanzado por fin su completo equilibrio. Es la añada de la Primera Plenitud, la de la armonía. Cada elemento está presente con una increíble precisión en un equilibrio consumado. Su carácter fino, puro y atlético ahora también se expresa con calidez. El chef de cave Richard Geoffroy ha reinventado el arquetipo de champagne evitando una interpretación demasiado literal de los cánones seguidos hasta ahora. Cada botella de Dom Pérignon Chef de Cave Legacy Edition Le Vintage 2008 viene en un lujoso cofre que la hace inolvidable.
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