Refrescantes, afrutados, espumosos... así son los proseccos, los vinos italianos del momento. Cualidades que los hacen especiales, capaces de encandilar al gran público.
Para que un vino sea prosecco ha de estar elaborado con una variedad de la uva Glera; tanto es así, que esa uva se conocía como uva prosecco hasta 2009, donde pasó a llamarse uva Glera. Lo que diferencia al prosecco de otros grandes espumosos como el cava o el Champagne, es sobre todo el proceso de la segunda fermentación. En el caso del prosecco se realiza en un tanque sellado presurizado de acero inoxidable, durante la que se libera dióxido de carbono en forma de burbujas naturales. Este método se denomina Charmat, y se diferencia del tradicional o Champenoise en que estos realizan esta segunda fermentación en la propia botella. El Prosecco comenzó siendo un vino exclusivamente blanco, pero ahora se elaboran también deliciosos rosados. Son vinos intensamente aromáticos y frescos, accesibles y fáciles de beber, con notas florales y afrutadas de cítricos. Hay tres estilos según su nivel de azúcar residual: Brut, Seco y Extra Seco. No te quedes sin probarlos, son los vinos de moda.
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