Las denominaciones de origen no son sólo propiedad exclusiva del vino. Los quesos también tienen su propio distintivo que acredita su extraordinaria calidad. Date un capricho y prueba el queso de nata con denominación de origen de Cantabria.
Los quesos que conforman la denominación de origen queso de Cantabria nacieron en los pueblos del Valle del Pas a mediados del siglo XIX y después su elaboración se extendió al resto de la zona para acabar haciéndose en toda la parte central de la región cántabra. Hoy día el queso de Cantabria, conocido también como queso de nata, se elabora con leche de vaca de raza frisona (originaria de los Países Bajos) que pasta en los fértiles prados de la zona montañosa de Cantabria. La leche con la que se elabora se pasteuriza con fermentos lácticos, sales de calcio y cuajo animal, para obtener una cuajada blanda. Esta se corta hasta conseguir gránulos de cinco centímetros de diámetro, se desuera y se lava ligeramente en agua caliente. Por último se prensa durante algo más de 24 horas y se sala. Su forma es cilíndrica o en barra, tiene un peso entre los 400 gramos y los casi 3 kilos. Se le conoce como queso de nata por su característica textura suave, mantecosa y muy grasa, y un olor aromático y fresco que recuerda a la mantequilla. También es muy distintivo su color hueso y su fina corteza de color marfil. Te sorprenderá la versatilidad de este centenario queso: resulta sabroso combinado con alimentos suaves o con miel y yogur. Se usa también con frecuencia en potajes y sopas, ya que al calentarlo, se funde con mucha facilidad manteniendo su sabor. Acompáñalo con un vino blanco seco, seguro que te conquista.
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