Por fin es posible disfrutar de una buena copa sin tomar una gota de alcohol ni añadir una caloría. Los destilados naturales Seedlip nacen en una granja inglesa y se multiplican por las mejores barras del mundo.
Nada más que un pequeño alambique de cobre y un libro de remedios herbales de 1651 necesitó Ben Branson en su casa de Lincolnshire (Inglaterra) para acabar con el dilema de qué beber cuando no bebes. Probando diferentes combinaciones de botánicos creó Garden 108 y Spice 94, dos destilados sin alcohol que salieron de su cocina para conquistar las mejores coctelerías del mundo. El heno y los guisantes son las notas dominantes en Garden 108, que además se refresca con la presencia de la hierbabuena, el romero y el tomillo. Mientras, el aroma de Spice 94 trae recuerdos de pimienta de Jamaica, cardamomo, los cítricos del limón y el pomelo o la elegante corteza del roble. Al ser un destilado, se desenvuelven a la perfección en la coctelera. Pablo Pelatti, mixólogo de Artte, en Barcelona, lleva años experimentando con Seedlip: “Se impone la coctelería energética sin alcohol, porque hay que dar opciones a la gente. Por ejemplo: en un grupo, quien tiene las llaves del coche entra al local resignado a no tomarse un gin tonic. Pero no tiene por qué renunciar: con el Garden 108 le preparamos uno sin alcohol que está igual de bueno”. La sustitución de ginebras en preparados tradicionales es lo más sencillo, pero Pelatti, también experto en tés, tiene recetas más creativas, como “un cóctel de media tarde con Spice 94, té chai, leche de arroz y un toque de lima. Sabe bárbaro”. “Seedlip –asegura Pablo– ha llegado para quedarse”. Habrá, pues, que apresurarse a probarlo.
Habla ahora…