Te presentamos tres piezas nobles del cerdo ibérico: el secreto, la presa y el solomillo, para que hagas las delicias de tus comensales. Éxito garantizado
El solomillo de cerdo Ibérico se presta a todo tipo de preparaciones, pero a la plancha y con una guarnición de verduras es un bocado inmejorable. Pruébalo en versión aperitivo como estas tapas de solomillo con pimiento verde y amarillo, rematadas por un tomate cherry dorado en la sartén.
A la plancha
Son tres bocados gourmet, procedentes del mejor cerdo nacional: el ibérico, uno de los manjares más presentes en nuestra gastronomía, tanto en embutido (jamón, lomo, chorizo, etc) como en fresco, con delicias cárnicas como estas delicadas piezas, consideradas las partes más nobles y jugosas.
El solomillo es un clásico imbatible. Su sabor y textura lo convierten en un elemento clave en todo tipo de recetas, desde entero al horno hasta en filetes a la plancha. De hecho, la plancha o la barbacoa son las elaboraciones más adecuadas para las tres piezas, que se prestan más a cocciones cortas que dejen la carne tierna, en su punto, mostrando todo su potencial. En cuanto al secreto y la presa, el primero es un corte de unos 150 gramos situado en la parte interna del lomo, junto a la paleta, de una manera casi oculta. Su veteado blanco le proporciona una suavidad excepcional. La presa, también un bocado sabroso gracias a la grasa infiltrada que le caracteriza, es una pieza de unos 500 gramos que forma parte de la cabecera del lomo. Ásalas en la parrilla con sal gorda y rozarás el cielo del sabor.
El solomillo es un bocado muy versátil y sabroso . Pruébalo asado al horno y en forma de trenza como en esta original receta que te proponemos, o córtalo en filetes finos y hazlo a la plancha. Añade un poco de sal gorda y pimienta blanca.
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