Enmantequillar y enharinar ligeramente un molde. Calentar agua, llevar a ebullición y retirar del fuego. Sumergir los melocotones y dejar en infusión durante 5 minutos. Retirar la fruta con una espumadera y disponerla sobre una superficie. Cuando los melocotones estén tibios, pelarlos, partirlos por la mitad, retirarles el hueso y cortarlos en láminas. Pasar a un cuenco, rociar con el zumo de limón y reservar. Tamizar la harina con la levadura y agregar la sal y el azúcar.
En otro cuenco, batir los huevos con la leche, agregar la mantequilla derretida y la ralladura de limón. Mezclar esta preparación con la harina. Rellenar el molde. Escurrir las láminas de melocotón reservando el líquido de maceración. Distribuirlas en el molde sobre la masa en forma de espiral y rociar con el jugo reservado. Para hacer la cobertura, mezclar el azúcar moreno con la canela y el jengibre y espolvorear la tarta. Hornear durante 35 minutos a 190 ºC. Dejar enfriar, desmoldar y servir, si se desea, con helado de vainilla o con nata montada.
Fuente de energía
En China, de donde es originario el melocotonero, esta fruta es símbolo de larga vida e inmortalidad, probablemente por la energía que aporta. El melocotón (bajo en calorías) es rico en fibra, potasio -el mineral que más destaca en su composición- e hidratos de carbono.
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