Preparamos las salsas el día anterior ya que reposadas estarán mejor. Para el kétchup casero, mezclamos en un bol la miel, el zumo de naranja y el tomate triturado y colado por un chino previamente. En una sartén con un cordón de aceite de oliva, sofreímos la mezcla hasta que se haya evaporado gran parte del agua y el tomate empiece a coger consistencia. Añadimos justo en este momento el vinagre de Módena y dejamos cocinar 2 minutos más. Antes de retirar del fuego agregamos al gusto la salsa Worcester, el tabasco y el orégano picado fino.
Para la salsa de mostaza, fundimos la mantequilla y dejamos en reposo para que se separen los dos elementos que la componen: la grasa y el suero (clarificar la mantequilla). En un vaso para túrmix, disponemos las mostazas, el zumo de limón, las hojas de perejil, las chalotas peladas y cortadas en cuartos y un pellizco de sal. Trituramos todo hasta conseguir una pasta más o menos homogénea, y ligamos con la mantequilla clarificada que añadiremos a hilo como si de una mayonesa se tratara hasta que nos monte por completo. Reservamos en la nevera para que coja fuerza. Por último preparamos la guarnición; para ello picamos a daditos regulares pero bien pequeños los pepinillos y el pimiento verde, en juliana muy fina las cebollitas encurtidas, por la mitad las alcaparras, y en rodajas muy finas el cebollino. Mezclamos todos los ingredientes en un bol, añadimos unas gotas del zumo de limón y rallamos encima un poco de la piel para darle aroma y frescor, también un cordón de aceite de oliva virgen extra y un poco de sal y pimienta. Solo quedará montar el superperrito caliente: calentamos la salchicha en su propia agua o en su defecto la calentamos en un cazo con agua sin que llegue a hervir con un poco de sal, dejando la salchicha unos minutos para que se caliente en su interior. Calentamos el pan abriéndolo por la mitad en la plancha para que nos quede un poco crujiente. Montamos la salchicha disponiéndola encima del pan y colocamos una buena cucharada sopera del picadillo que hemos preparado con todos los ingredientes de la guarnición, servimos junto a las dos salsas que elaboramos el día anterior para que cada comensal se sirva la que más le apetezca. Sacamos la salsa de mostaza de la nevera 1 hora antes de consumir para que adquiera la textura ideal para su consumo.
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