Tamizar las dos clases de harina con la sal. Añadir, poco a poco, 4 dl de agua y mezclar con una varilla manual, o de globo, hasta obtener una masa ligera. Pelar y picar muy fino la cebolla y el perejil. Mezclar muy bien con la masa anterior. Agregar los camarones y dejar reposar en el frigorífico durante 1 hora. Calentar el aceite en una sartén honda y antiadherente. Verter varias cucharadas soperas de la masa y extenderla. Freír las tortillitas por tandas, hasta que estén doradas y crujientes por ambos lados. Escurrirlas bien sobre papel absorbente de cocina. Servir muy calientes.
Evitar las calorías
Fresco, el camarón tiene pocas calorías (100 g únicamente aportan 75 kcal), pero en esta receta las harinas y la fritura en abundante aceite hacen que una sola tortillita aporte 150 calorías. Por eso, conviene escurrirlas muy bien en papel absorbente; así no resultarán tan grasientas y su digestión será más fácil.
El hermano mayor de la quisquilla
El camarón es un crustáceo de aspecto muy similar a las gambas, pero mucho más pequeño y con un caparazón más débil. Mide entre 2 y 8 centímetros, aunque existe una variedad más pequeña: la quisquilla. Se consume fresco todo el año pero es más económico en invierno. Fuera de lugares de costa es difícil encontrarlo fresco.
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