Ponemos la carne de ciervo con la cebolla picada en una cazuela, salpimentamos y añadimos la nuez moscada y el pan rallado. Cubrimos con agua y ponemos a cocer a fuego lento durante unos 90 minutos hasta que el agua se haya casi evaporado por completo. Separamos la carne con un tenedor para hacerla hebras y corregimos el sazonamiento.
Preparamos la masa mezclando el aceite, la harina y el agua, y amasando un poco, y la dividimos en dos partes. Elegimos un molde de tarta y le untamos mantequilla. Extendemos una de las partes de la masa dejando que sobresalga por los lados y la pinchamos con un tenedor. Colocamos el relleno y lo extendemos bien con ayuda de una espátula. Extendemos la otra parte de masa que teníamos reservada, la pegamos a los bordes con las manos ligeramente humedecidas, la pinchamos con un tenedor y hacemos un agujero en el centro para que salga el vapor. Pintamos la superficie con huevo batido y metemos el pastel al horno precalentado a 200ºC durante 10 minutos.
Bajamos la temperatura del horno a 180ºC y seguimos cocinando 20 minutos más.
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