Las huevas de erizo de mar de las Rías Gallegas ganan adeptos. Cala su sabor intenso, yodado y distinto. Su utilización en la cocina transcurre desde los platos de pasta y cremas a arroces o revueltos.
Las conservas de pescados y mariscos Club del Gourmet en El Corte Inglés están enraizadas por el nexo común de la calidad. Uno de sus productos que crece en aceptación es el caviar de erizo de mar. Su origen hay que buscarlo en las huevas de este equinodermo —bien reconocible por su forma globosa y sus púas— que se cría en las Rías Gallegas.
El principal sustento de este animal es el plancton, y también uno de los responsables de su sabor. Desde el punto de vista nutricional se caracteriza por su alto contenido en yodo, un elemento que evita el riesgo de padecer hipotiroidismo. También es muy generoso en hierro y ácidos grasos Omega-3, que contribuyen a reducir los niveles de colesterol en la sangre.
Además, la historia nos cuenta que los erizos son muy apreciados en bastantes culturas por sus propiedades medicinales, su aporte de fósforo (imprescindible para las células nerviosas) y su vitamina A (vital en la salud de la piel). Por si fuera poco se trata de un alimento sin gluten (más que apto para celiacos), y su ingesta ayuda a construir una dieta equilibrada y sana. A esto se suma la presencia de ácidos grasos poliinsaturados –el erizo los contiene en elevada cantidad–básica para evitar la aparición de enfermedades cardiovasculares. Respecto a su protagonismo en la cocina, su utilización daría para redactar unos cuantos recetarios. Tomen algunas notas: revueltos, arroces, aperitivos, cremas o acompañando platos de pescado y marisco. Distintos caminos que llevan a un sabor único y exquisito.
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