En los verdes predios asturianos, entre brezales y castañares, encuentra su lugar en el mundo la Miel de La Puela. Un producto único, ecológico, que una vez tratado adopta diferentes formatos y en el que destacan variedades monoflorales como las procedentes del roble, castaño, eucalipto o brezo.
El lugar, el entorno y el paisaje crean y definen el producto. Si hay una constatación de la certeza de esta frase se halla en el Occidente de Asturias, en una población de apenas 2.000 habitantes llamada Pola de Allanda, aunque se la conoce por la contracción de su nombre: La Puela.
Allí, entre verdes predios, aromáticos brezos y tejos milenarios, hace tiempo que encontraron acomodo las abejas. Los suelos ácidos, la rica fl ora y un clima benigno justifican que, pronto, estos industriosos insectos hallaran un paisaje en el que prosperar.
Pues bien, es en estos increíbles parajes (la zona está declarada Paisaje Protegido) donde desarrolla sus productos la empresa apícola asturiana Miel La Puela. La firma se arraiga en el pasado. Proviene de una larga tradición familiar en la elaboración de este dulce néctar. De hecho, se remonta a los años 40 del siglo pasado. Aquellos días, Alfonso Pérez, entonces un niño, adquiere unos conocimientos que, con los años, transmitirá al menor de sus vástagos, Gustavo, quien será el encargado, en 2006, de introducir lo que entonces era un pequeño negocio de familia en la modernidad y en un desempeño más profesional.
A partir de 2006, el crecimiento es continuo. Dos años más tarde comienza el proyecto de construcción de las actuales instalaciones en La Pola de Allanda y durante 2009 Miel La Puela –que es la marca con la que comercializan sus productos– obtiene la Certificación Ecológica.
Posteriormente, en 2011, da el salto al exterior gracias a una pequeña operación en el Reino Unido. Desde entonces esa presencia fuera del país se ha ido enraizando en Inglaterra, Alemania o Francia y de manera puntual en Estados Unidos y China.
El gran éxito de la empresa ha sido poner en valor la tradición. O sea, recuperar la importancia de la miel ecológica de producción propia. Para ello la Miel La Puela cuenta con más de 1.000 colmenas distribuidas a lo largo de los bosques de Allende. Allí los insectos pueden alternar la montaña, los brezales, los castañares, los robles e incluso los eucaliptos. Distinta flora a distinta altura, que produce diferentes variedades de miel.
EL GRAN ÉXITO DE LA PUELA HA SIDO PONER EN VALOR LA TRADICIÓN
Por eso su gama de productos es tan amplia y diversa. Incluye, por ejemplo, una línea de monoflorales. Miel que procede solo de brezo, castaños, robles o eucaliptos y que podrá encontrar en el Club del Gourmet en El Corte Inglés en tres formatos: 800, 450 y 45 gramos. También hay otros productos que incorporan tamaños distintos, como la miel crema (que se ofrece en 300 y 600 gramos), los formatos PET antigoteo (350 gramos) y el polen ecológico, la última novedad de la empresa asturiana, que se vende en unos cuidados envases de 200 gramos que favorecen una perfecta conervación.
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