Sabores intensos y complejos
Los vinos blancos con crianza son un tipo de vino blanco que han pasado un proceso de maduración o envejecimiento, esto es lo que hace que tengan un sabor más intenso y complejo. Suelen tener un color amarillo pálido o dorado y su sabor es a frutas maduras, miel, especias, flores, frutos secos; con mayor acidez y cuerpo más robusto.
La crianza sobre lías es un proceso en el cual los vinos aumentan su complejidad, ampliándose una importante mejora sensorial con el incremento de la grasa, suavidad y volumen.
Las lías finas son levaduras en suspensión presentes en el vino terminado. En un primer trasiego, tras el final de la fermentación alcohólica, las lías gruesas son retiradas quedando en suspensión los compuestos sólidos de menor tamaño, más interesantes a nivel organoléptico.
Durante la crianza sobre lías se produce la autólisis de las levaduras. Esto dotará a los vinos, no solo de una mejora organoléptica sino de una mayor capacidad de resistencia frente a los procesos de oxidación y reducción.
La crianza sobre lías aporta múltiples beneficios, entre los que destacan:
-Aporte de untuosidad y volumen en boca y de reducir la astringencia del vino.
-Fijación de aromas varietales.
-Protección de la oxidación.
-Mejora de la estabilidad de los vinos.
Los vinos blancos de barrica son vinos donde la gastronomía juega un papel crucial, ya que la enorme potencia tanto aromática como sápida de estos vinos invitan, generalmente, a ir acompañados de un maridaje gastronómico a la altura.
La crianza en barrica viene supeditada a una mayor evolución de los vinos apareciendo aromas de frutas asadas o confitadas como la manzana al horno o la compota de pera y algunos recuerdos empireumáticos especiados que nos llevan hacia la vainilla o la canela en otros, aunque manteniendo un perfecto equilibrio con la tensión de la frescura del vino y los sabores tostados de barrica.
La boca, es de una agradable alta intensidad y longitud dejándonos disfrutar durante mucho más tiempo de una botella. Es precisamente esa potente intensidad la que nos permite sorprendernos con maridajes rompedores con carnes a la brasa o a la piedra como un entrecot o unas chuletillas de cordero, parrilladas de verduras e incluso aventurarnos con carnes intensas como una carrilleras o carnes de caza como venado o jabalí, generando experiencias enogastronómicas increíbles.
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