Estos vinos se han ganado su merecido prestigio gracias al trabajo de muchísimos años y a la calidad irrenunciable. Conócelo todo sobre los vinos de Francia y anímate a probarlos.
La tradición vinícola en Francia proviene, como en todas las tierras bañadas por el Mediterráneo, de los tiempos del imperio romano. Es uno de los países del mundo con mayor extensión de viñedos (terroir), cuyas regiones vinícolas se reparten de punta a punta del país: Champagne y Alsacia en el norte, Saboya en el este, Rosellón y Provenza en el sur, Burdeos en el oeste o Borgoña y Beaujolais en la zona central son las más destacadas. La calidad de sus vinos se tiene a gala como uno de sus tesoros nacionales desde que en 1905 se crearan las AOC (Denominación de Origen Controlada), sirviendo de ejemplo a muchos países después.
Con la variedad y calidad de sus vinos blancos siempre acertarás en tu mesa. Basados en la célebre uva chardonnay como los Patriarche de Borgoña o el Aimery del Languedoc; en la sauvignon blanc como Les Montachines; o en la riesling del Cleebourg, una uva muy asociada a la Alsacia que comparten con muchos vinos alemanes. En cuanto a los vinos rosados, nuestro país vecino es toda una institución tanto como productor como consumidor. La región de Provenza es la líder indiscutible en cuanto a la producción de estos vinos. Han adquirido tan merecida fama mundial que el estilo "a la provenzal" se ha exportado a otras regiones vinícolas. Sus rosados son secos, refrescantes y con una acidez punzante. Así, encontramos vinos tan atractivos como Domaine La Colombe, Barton & Guestier, Moonlight o el Rosé D'azur de Côtes de Provence.
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