Son vinos que proceden en su totalidad de viñedos que cuentan con la certificación que garantiza el proceso de elaboración según normas ecológicas.
Con certificación ecológica
Para que un vino sea ecológico (orgánico o bio), se debe restringir el uso de herbicidas o fungicidas. Los abonos deben ser orgánicos y, en general, se busca emplear prácticas agrícolas sostenibles que permitan al ecosistema mantener su equilibrio natural y a la uva adquirir una mayor concentración de sustancias antioxidantes, muy beneficiosas para la salud. Bodegas como Protos, CVNE o Arzuaga ya se han sumado al cuidado de la tierra bajo criterios ecológicos.
Llevan en la parte trasera el logotipo de la producción agraria ecológica de la comunidad autónoma en la que se elaboran, y la hoja verde con el ribete de estrellas que certifica los productos ecológicos a nivel europeo.
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