Compartir forma parte de la idiosincrasia propia de toda boda. Con los invitados, los proveedores, tu pareja… Serán muchos los que te acompañarán en la aventura aunque, cada uno de ellos, jugará un papel diferente dentro de la organización y la celebración.
De entre todos ellos, los testigos son, quizás, una de las piezas que pasan más desapercibidas y, sin embargo, su misión resulta clave. Ellos serán quienes darán fe de que llegáis al altar por amor, de forma totalmente libres y sin ser coaccionados.
A partir de ahí, lo más probable es que os surjan un montón de dudas. ¿Cómo elegirlos? ¿Qué requisitos deben cumplir? ¿Hasta dónde llega su implicación? Pero tranquilos porque tenemos preparada una guía rápida para responder a las preguntas más habituales que os asaltarán al respecto de este detalle de la celebración.
Foto: Mefoto
Tipos de testigos
Lo primero que debes saber es que hay dos tipos de testigos. Por un lado están los que serán necesarios para tramitar el expediente de vuestro enlace con carácter previo al gran día y, por otro, quienes firmarán el acta matrimonial el día de la boda. Los primeros habrán de comparecer ante el funcionario de la institución que tramite vuestro enlace mientras que, los segundos, lo harán tras el sí quiero en el lugar elegido.
Pero las diferencias no acaban ahí. En el caso de los testigos para la tramitación del expediente solo podréis escoger uno cada uno, deberán ser mayores de edad, llevar el DNI y, por lo general, no ser familiar. Por el contrario, en el caso de los testigos para firmar el acta, bastará con que superen los 18 años de edad.
Aunque, como ves, los testigos para la tramitación del expediente tienen un papel clave mientras que, en el caso del resto, es más bien simbólico, las funciones que les otorguéis a unos y otros pueden variar en función de vuestras pretensiones. Si bien la burocracia impone ciertas tareas, estas pueden completarse con otras durante la organización. Ayudar a elegir el vestido de novia, proponer ideas sobre juegos tras el banquete, organizar vuestras despedidas… Son muchas las aportaciones que pueden hacer más allá de su misión principal.
Una vez llegue el gran día, estarán a vuestro lado y, entre otras funciones, también pueden ayudar con el reparto de los regalos, la atención a los invitados y, cómo no, el tradicional discurso para los novios.
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Ni más, ni menos
Otro de los aspectos clave tiene que ver con el número de testigos. En lo que respecta a la cantidad, el mínimo son dos pero, a partir de ahí, podéis sumar tantos como queráis. No obstante, conviene no excederse demasiado para que la ceremonia no se alargue mientras se procede a las firmas.
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Decide sin prisas
Seguro que has escuchado alguna vez aquello de que los amigos son “la familia que se elige” y, en consecuencia, no te costará encontrar a esas personas especiales que jueguen un papel clave en vuestro gran día. Olvídate de compromisos y escucha a tu corazón. Es vuestro momento y nadie tiene por qué sentirse ofendido. De hecho, también podréis sumar a hermanos, primos o familiares para que firmen el acta como testigos de vuestra boda y todos contentos.