¿Cómo estimular a un bebé?
La estimulación es una recomendación fundamental para el desarrollo de cualquier persona desde su nacimiento. Los bebes necesitan ser estimulados para expresar sus capacidades mentales, para que su aprendizaje y sus destrezas progresen, para que vayan adquiriendo poco a poco seguridad en sí mismos y para que el vínculo con su padre y/o madre se fortalezca y consolide.
¿Qué es la estimulación temprana?
La estimulación del bebé puede empezar incluso antes de que este nazca, cuando aún está dentro del vientre materno. Al nacer pueden plantearse ciertas estrategias de estimulación a través de actividades sencillas y adaptadas a la corta edad del bebé. Es lo que se conoce en puericultura como estimulación temprana.
La estimulación temprana consiste en proporcionar al bebé las mejores oportunidades de crecimiento físico, intelectual y social con el fin de que le permitan un desarrollo más pleno del que habría tenido sin ese entorno rico en estímulos de calidad. Se entiende por estimulación temprana la que se lleva a cabo desde el momento del nacimiento (o, como decíamos, desde antes del nacimiento) hasta los tres meses de vida del bebé, pues es el periodo de máxima plasticidad cerebral.
Para poner en práctica cualquier estrategia de estimulación temprana es importante asegurarse de que el bebé se encuentra cómodo: el hambre, el sueño, el cansancio o la irritabilidad pueden dificultar las actividades. Los ejercicios de estimulación han de suceder en un momento agradable y reconfortante para ambos, tanto el bebé como el adulto.
¿Por qué es importante la estimulación del bebé?
La estimulación temprana del bebé es de vital importancia para su crecimiento, pues potencia su desarrollo motriz, cognitivo y social. Además, refuerza el vínculo emocional y la complicidad afectiva del bebé con su padre y/o madre. Es importante adaptar las estrategias a las capacidades, la predisposición y el ritmo individual de cada niño y respetar su desarrollo personal.
Las estrategias de estimulación temprana pueden empezar con mensajes y estímulos sensoriales. A medida que el bebé crece, pueden incorporarse actividades de motricidad gruesa, fina, de concentración y de lenguaje. Padres y madres han de ser capaces de detectar las necesidades, deseos, gustos e inquietudes del bebé.
El juego es una efectiva herramienta de estimulación para los bebés que les permite aprender en un entorno lúdico y relajado. Mediante el juego se retiene mejor lo aprendido, la presión desaparece y el pequeño no se siente evaluado. Además, es una estrategia de estimulación integral, pues brinda un equilibrio entre lo físico y lo intelectual.
Ejercicios para estimular a un bebé recién nacido
Desde el momento de su nacimiento, los bebés están preparados para relacionarse y percibir el mundo que les rodea. El juego es la mejor herramienta para ello. Para que esta estrategia de estimulación temprana sea realmente eficaz hay que proponer juegos adecuados a su desarrollo y aptos para sus capacidades. Estos son algunos de los juegos que se pueden poner en práctica con el bebé en las primeras semanas de vida:
Mecer y acunar
Balancear de manera rítmica al bebé va a favorecer su respiración, ayudándole a tranquilizarse. Puedes probar a acunar al bebé en diferentes posturas y fijarte en sus reacciones para descubrir cuál le gusta más: contra tu pecho, apoyando su españda en tu torso, sobre tus antebrazos boca abajo...
Un suave masaje
Los masajes estimulan el sentido del tacto, uno de los sentidos más perceptivos del recién nacido. Hazlo suavemente, por todo su cuepecito: pies y manos, brazos y piernas, torso, espalda... Puedes hacerlo después del baño, cuando le apliques la crema hidratante. Se convertirá en un ritual tierno y relajante antes de dormir.
Música desde la cuna
La voz de sus padres es uno de los sonidos que más agradan a los bebés. También las nanas, los sonajeros... Y por supuesto la música. Prueba con temas melódicos, suaves, rítmicos... La música clásica no falla. Otra idea es ponerle a un volumen bajito una composición que reproduzca el ritmo del latido del corazón, que le hará recobrar el confort que sentía dentro del vientre materno.
El juego de las miradas
La conexión visual es un genial ejercicio de estimulación temprana. En un momento en que se encuentre espabilado y re3ceptivo, tumba al bebé boca arriba, sitúa tu cara a unos 25 cm. de la suya y deja que te observe mientras gesticulas. Pestañea, cierra los ojos, ábrelos mucho, sonríe, tírale besos... El movimiento de tus facciones y la expresividad de tu mirada despertarán su curiosidad. Además, favorecerás su desarrollo visual y su concentración. Una variación de este juego consiste en mostrarle de cerca tu mano mientras mueves tus dedos variando el ritmo y la velocidad de tus gestos.
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