7 imprescindibles de maquillaje intransferible y a prueba de mascarillas

Por la calle, en clase, en el trabajo... Las mascarillas higiénicas son nuestro nuevo imprescindible y han conseguido que en cuestión de meses, tanto las consumidoras como nuestras marcas de belleza favoritas hayamos adaptado nuestras rutinas diarias a las necesidades que comporta su uso prolongado.
Utilizar productos de maquillaje formulados a prueba de roce, sudor y calor, y terminar el look diario rociando una bruma de producto fijador del maquillaje ya no es un gesto propio solo de beautyaddicts.
Algunos productos son, además hidratantes, más indicados para pieles secas en las que el maquillaje tiende a cuartearse. Otros tienen propiedades matificantes, perfectos si tu piel es grasa y tiende a brillar en poco tiempo, aún con el uso de polvos sueltos.
Sin embargo, si vas a estar durante horas en un ambiente cerrado, tipo oficina o aula, decántate mejor por una bruma facial, o facial mist, que hidrata y refresca la piel al no contar con alcohol entre sus ingredientes, aunque su efecto es de menor duración que el del spray fijador.
Como guía para no perderte, vamos a ordenarlos según su tipología y explicar qué los diferencia, de manera que puedas elegir tus favoritos. ¿Los criterios para elegir el tuyo? Qué quieres conseguir, y cómo es tu piel. Atenta, porque si además te inscribes en el plan MIMO cosmética, puedes obtener descuentos especiales en las secciones de belleza de El Corte Inglés.
Una bruma muy fina y ligera que mantiene el maquillaje intacto hasta 16 horas, gracias a una tecnología patentada de control de temperatura. Aplícalo nada más terminar de maquillarte, a unos 30 centímetros del rostro, procurando cubrir toda la superficie del mismo.
Una bruma matificante perfecta para atajar un problema que seguro que te suena si tienes la piel grasa: los brillos. ¿Cómo lo hace? A través de la silica o gel de silicio, que tiene propiedades absorbentes. Aplícalo después del maquillaje o llévalo en el bolso para darte un toque refrescante cuando lo desees.
Una prebase que prepara la piel para el posterior maquillaje y ayuda a que permanezca intacto durante mucho más tiempo, incluso con mascarilla. Extiéndela después de tu limpieza diaria con la yema de los dedos, trazando círculos. Después, el maquillaje.
Aporta hidratación y un punto de color a tu piel. Su textura ultraligera permite que se extienda rápidamente y cubra las imperfecciones, y su tecnología patentada hace que se adapte perfectamente a diferentes tonos de piel. Aplícalo sobre la piel limpia y seca. Si lo haces con la yema de los dedos tendrás un mayor control de la cantidad.
Este fijador en polvos sueltos cumple con varias funciones. Por un lado, fija la base de maquillaje. Por otro, controla los brillos y aporta un acabado aterciopelado. También difumina los poros, que suelen estar especialmente abiertos en las pieles grasas. Utiliza una brocha e incide especialmente en las aletas de la nariz, una zona que suele acumular grasa.
Este bálsamo tres en uno dará color a tu rostro, porque llevar mascarilla no tiene por qué significar renunciar a lucir tu color favorito. Su textura es híbrida y súper hidratante. Un truco de aplicación: comienza trazando una X sobre el arco de Cupido, y a partir de ahí haz el recorrido respetando la forma natural de tus labios.
Actúa como barrera protectora invisible entre los párpados y la sombra de ojos o el perfilador. Así evita que el color se desplace, se cuartee o se desvanezca con el parpadeo y esa mala costumbre instintiva de tocarnos y frotarnos los ojos con frecuencia. Extiende con la yema del dedo anular una fina capa en las zonas que vas a maquillar, déjala secar y ya puedes vestir tus ojos en la forma que quieras.

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