Rosa Copado, una fotógrafa con mirada propia
Si algo transmite Rosa Copado es paz. A través de su obra y su trabajo como fotógrafa y directora creativa, pero también mediante sus palabras o sus looks. Descubrió su vocación a muy temprana edad, aunque no se compró su primera cámara hasta los 28 años. Estudió Bellas Artes, algo que se nota en la atención milimétrica que le presta a la luz y al color. Son dos elementos fundamentales en su obra; la manera en que la luz anaranjada del atardecer incide sobre una luna llena que corona un paisaje montañoso, por ejemplo. Es la indudable influencia de la pintura en su fotografía.
Su trabajo también destila minimalismo y una visión del mundo muy relacionada con la naturaleza, con un especial protagonismo de los espacios al aire libre.
Rosa Copado es fotógrafa, sí, pero su universo va mucho más allá. Es artista.
Siempre ha dicho que etiquetarla sólo como fotógrafa se queda corto.
Con el paso del tiempo, además de su formación, ha consolidado una mirada propia.
Mucho ha llovido desde que en 2011 se coló con una cámara en un desfile de María Escoté, momento que supuso un antes y un después en su carrera profesional.
Siempre ha estado muy ligada a la belleza y a la moda. De hecho, sus fotografías ya han sido publicadas en algunas de las revistas más importantes del país.
Ha tenido que acostumbrarse a las jornadas maratonianas en las que el estrés se respira en el ambiente. Pero también ha aprendido a cuidarse después de cada una de ellas, para poder desconectar, recargar las energías y seguir dando lo mejor de sí misma en cada momento.
"Los shootings en espacios exteriores hace que mi piel sufra de más. Sol, temperaturas extremas, suciedad... me tiro al suelo constantemente y después toco mi cara, por lo que la limpieza al llegar a casa es importantísima en mi rutina”, dice Rosa.
Vamos a ver que consejos sigue para su rutina de belleza, la limpieza del rostro, que exfoliantes faciales usa o sus hidratantes favoritas.
La limpieza es uno de los pasos más importantes en su rutina de cuidado personal nocturno. “La hago doble y profunda. Primero uso el bálsamo desmaquillante en aceite de Lierac con efecto anti-polución, que me ayuda retirar la suciedad sin maltratar la piel”, confiesa.
“Después me lavo de nuevo con un jabón. No siempre es el mismo, ahora estoy con Apivita, pero alterno con otros. Hay que observar la necesidad de la piel y ver en qué momento está. Retiro todo con esponjas calientes. Si voy maquillada, a veces hago una tercera limpieza con una leche oxigenada o alfa hidroxiácido, que prepara la piel y el poro”.
Retirar la suciedad o los restos de maquillaje es fundamental en cualquier rutina de noche que se precie. Por un lado, permite que la piel no acumule impurezas. Por otro, potencia el efecto de los cosméticos que se apliquen después.
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“Tras la limpieza, uso un buen serum o aceites, y masajeo en ascendente siempre”, explica Rosa.
“Me gustan mucho los de Oskia. Dejo que se absorba bien y después pongo una crema tratamiento que se adapte a la necesidad de ese día o estación del año. Tengo muchas. No puedes usar la misma si tienes acné o has sufrido un día de frío y viento, si tienes manchas marcadas...”.
La adaptación a cada momento y necesidad es, pues, otra de sus claves.
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Pero Rosa sabe que un plus de mimos siempre va bien, sobre todo en épocas en las que el estrés diario acecha en todas partes. ¿Qué hace para contrarrestarlo? “Soy gran amante de los baños calientes con sales de epsom. Junto con la aromaterapia, es a lo que más recurro. También hago mezclas con aceites esenciales para los difusores y pongo velas aromáticas, según me pida el cuerpo y la mente. Tengo aromas para cada estado de ánimo y cambio el olor de casa constantemente. Un básico para después tener un sueño reparador".
