La rutina de Marina Alonso
A sus 25 años ha surfeado medio planeta y a pesar de vivir entre olas, sol y cabinas de avión que la transportan de uno a otro mar, luce una piel casi de bebé, un pelo rubio sedoso y un cuerpo de sirena.
Estudió música y economía pero los avatares de la vida la han llevado por derroteros de la moda y el surf, dedicaciones que la han enseñado a seguir una escrupulosa rutina en cuanto a sus hábitos de belleza.
La afición por la moda, como la tiene también la influencer y modelo Carlota Weber, vino por las altas dosis de revistas femeninas que leía mientras acompañaba a su padre enfermo en una cama de hospital. Grandes cabeceras tipo Vogue que la hacían fantasear en pertenecer a esa parte del proceso creativo, hasta que se hizo realidad, y con 12 años surgió su primera campaña, en Londres.
Después llegó Sudáfrica con un nuevo contrato de modelo, pero las cosas no le fueron como pensaba. “No trabajé absolutamente nada y empecé a hacer surf. Me obsesioné de tal manera con este deporte que lo dejé todo, me fui a viajar por la costa y yendo hacia el norte me descubrió Billabong -marca de surf australiana-, mi sponsor. Me mudé a Francia y después a Australia, que es donde se ha desarrollado más mi carrera de surf”.
Una ventana al mundo
Entra de lleno en instagram cuando “realmente empiezo con el surf porque era más fotografiable. Gracias a un reportaje que me hizo Vogue España, subieron mis seguidores y le di más importancia”.
A través de cada foto “muestro mi día a día pero desde una perspectiva de sueño, que en realidad es lo que estoy viviendo, lo que siempre he soñado, dedicarme al surf, mezclarlo con la moda, los viajes. Es mi vida real, mi sueño hecho realidad”.
Cuidarse en lo natural
Marina disfruta la vida, y cuidarse le parece lógico y natural, es parte del sueño y no le cuesta ningún trabajo. Entre sus hábitos, está el consabido ‘beber dos litros de agua’ y por eso es lo primero que hace cada día, un gran vaso de agua con limón y hierbabuena, en ayunas. Y tras la ducha “desayuno, siempre, huevos revueltos”.
Todos los días come huevos, y quizá también carne roja, su pecado inconfesable, sabe que es demasiada pero “es que he tenido mucha anemia y me sienta fenomenal. Intenté ser vegetariana, de hecho durante una época lo fui, pero me encontraba mal. Sé que no es nada 2019 comer carne, pero no puedo evitarlo. También como mucho pescado, atún, salmón… Necesito mucha energía. Todos los días del año hago surf, puede ser a 0ºC o a 40ºC, entre 2-3 horas un día normal, si es por trabajo, mucho más”.
A pesar de todo tiene un entrenador personal cuando está en Biarritz, donde vive desde hace un año, que le prepara circuitos de alta intensidad, una rutina especial para surfistas, dos veces a la semana. “Cuando estoy fuera, además del surf que es para mí lo importante, entreno un poco por mi cuenta, salgo a correr y hago mucho estiramiento, eso es básico, pero no me obsesiono”.
Quizá el surf sí sea una obsesión, “es todo lo que necesito para estar bien, cuando estoy triste, o bloqueada, me subo a la tabla y lo malo que hay en mi interior desaparece, no necesito meditación, ni yoga ni técnicas de relajación, solo surf”.
Cabello de ángel
Su look habitual, es muy ‘momento surfista cuando estoy en islas, muy relajado, siempre en biquini” aunque cuando está en la ciudad también opta por ropa cómoda, pero más urbanita, lógicamente, con el cabello tras las orejas luciendo una onda natural.
Un cabello que cuida como si fuera oro, que por su luz casi lo parece, aunque oro blanco, acorde a su aire nórdico de Asradi, criatura femenina acuática de la mitología escandinava.
“Se me daña muchísimo. Utilizo una mascarilla con arcilla amarilla y manteca de babassu una vez a la semana, me la dejo puesta toda la noche, es milagrosa. También uso un protector para meterme al agua, sobre todo en verano que es cuando más sufre".
"Después lo lavo y me peino cuando el pelo está mojado, me lo coloco detrás de las orejas y mientras está húmedo me pongo un sérum oleoso en las puntas, y ya. No lo toco, no uso secador, solo así se me queda una onda muy natural. Los días que no uso mascarilla aplico Résistance Ciment Thermique de Kérastase, una crema reconstructora termo protectora para el cabello debilitado y dañado. Reconstruye, refuerza y tonifica la fibra capilar instantáneamente”.
Su truco para llegar a puerto con una piel resplandeciente
Le da especial importancia a la protección de su piel, continuamente expuesta a las inclemencias del tiempo.
Le gusta cambiar de cosméticos “porque veo que la piel se me acostumbra, igual que el pelo. Cuando estoy más de seis meses usando un mismo producto noto que ya no me funciona como al principio, y voy alternando. Lo único que no cambio por nada del mundo es Eight Hour Cream de Elizabeth Arden. Cuando hago vuelos de largo recorrido, la piel se reseca tanto que mi ‘truco estrella’ es aplicarme serum, crema y, encima, Eight Hour, por toda la cara. Es como que sella la hidratación e impide la pérdida de agua. Antes de acabar el vuelo lo retiro, limpio el rostro y la piel se queda perfecta”.
Evito las manchas en mi piel con protección 50 y zinc
Evidentemente, con tantas horas contra viento y marea, a la intemperie sobre una tabla, su gran enemigo es el sol. “Me salen muchísimas manchas y también granitos. Intento alejarme lo más posible del sol, cuando puedo, y utilizar zinc siempre que surfeo".
"Cada mañana me lavo la cara con agua fría y para el día a día uso Cicaplast Baume B5 SPF50 de la Roche Posay, que además de ser protectora es reparadora y antimanchas, en invierno y en verano, haga surf o no, me viene muy bien".
Así es esta veinteañera surfista que hizo de su sueño una forma de vida aunque a veces también se estresa y por eso “siempre llevo encima un roll on con aceite esencial de lavanda, y si me noto un poco nerviosa me pongo dos gotitas debajo de la nariz, a veces lo echo también en la almohada para dormir”.
Porque en el fondo es una chica normal, a la que le encanta ir a conciertos, “cuando no estoy trabajando en destinos remotos, en este caso me gusta tocar la guitarra”, se perfuma como todas, a veces con fragancias más exclusivas de alta gama y otras con
Agua de Loewe y confiesa que no puede vivir sin desmaquillante. “Me encantan los bifásicos, mitad oleosos. Siempre tengo que desmaquillarme, no puedo ir con el maquillaje en mal estado, prefiero llegar a un sitio con la cara lavada que con la máscara corrida”.
Nunca salgo sin corrector, máscara y cejas ‘a mi aire’
Para el día a día le gusta un look bastante fresco y natural. Entre sus bases preferidas se encuentran L'Essentiel Luminosidad Natural de Guerlain. “Después uso corrector porque por mi tipo de piel tengo bastantes ojeritas, también me pongo máscara de pestañas, y me gusta darle juego a las cejas, llevarlas levantaditas. Y en este tiempo sobre todo, en otoño invierno, que no tienes nada de color, un colorete”, en esta ocasión se decantó por Rouge Blush Color Couture, colorete en polvo de larga duración de Dior.
En ocasiones cargo las tintas, aunque no demasiado
Tanto tiempo en destinos exóticos le da poco juego para arreglarse y maquillarse ‘de fiesta’, por eso “cuando estoy en la ciudad me encanta tener ese punto rock and roll, chic, todo esto que no me puedo poner cuando estoy surfeando. Pero siempre es un look muy relax, nunca taconazo. Labios subidos de tono, vestido lencero, bambas y chaqueta de cuero. A veces incluso más fantasía, tengo un punto María Antonieta que me encanta”. Está claro que esta chica ha salido de un cuento, de hadas, elfos, reinas y princesas.
Nunca me salto el cuidado de noche
“Lo que he descubierto con estos años de surf es que no hay crema que te arreglen los estragos que te deja el sol, lo único que se puede hacer es prevenir”. Por eso nunca se salta la limpieza de noche, una o dos veces a la semana exfolia, después tonifica y aplica el contorno de ojos.
A continuación, algún sérum muy ligero. “Lo hago todas las noches antes de dormir. Mi piel es seca pero la zona T muy grasa y tengo que tener mucho cuidado con las cremas demasiado untuosas, por eso prefiero los sérums. Es difícil encontrar el balance para evitar que las arrugas de expresión se marquen y no me salgan granos”.
Tampoco se salta nunca el cuidado de las manos. Después del rostro, ya en la cama, masajea durante un par de minutos con un producto específico hidratante.
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