Pinta tu fachada con estos pasos
El interior de una casa dice mucho de quien vive en ella. Pero el exterior es también una “carta de presentación”. Una fachada en buenas condiciones, bien pintada y de un color atractivo hace que la casa destaque, y ayuda a conservar el edificio en buenas condiciones. La primavera y el verano son las mejores épocas para pintarla: el tiempo acompaña y los días son más largos. Hoy te contamos cómo pintar tu fachada paso a paso, con productos y herramientas que te ahorrarán tiempo y esfuerzo.
Herramientas y materiales
Para pintar una fachada necesitarás lo siguiente:
- Escalera o andamio
- Hidrolimpiadora
- Espátula
- Plástico y cinta
- Rodillo
- Alargador
- Lijadora delta
- Emplaste para rellenar
- Pintura especial para fachadas
Paso 1: limpieza a fondo
De nada sirve pintar la fachada si no está en perfectas condiciones. Si aplicas la pintura encima de zonas sucias, húmedas o con partes que se desprenden, en poco tiempo se volverá a deteriorar. Por eso, el primer paso es limpiarla a fondo: y para ello, lo más recomendable es utilizar una hidrolimpiadora. Estas herramientas proyectan agua a presión y eliminan la suciedad de forma rápida y eficaz. Para fachadas pintadas, elige una presión máxima de 120 bares, suficiente para limpiar sin deteriorar la superficie. Para eliminar moho, utiliza la hidrolimpiadora con agua caliente.
Es fundamental equipar la herramienta con una lanza; las hay que alcanzan los 5,5 m de altura. En fachadas de más de una planta necesitarás una escalera o un andamio, tanto para limpiar como para la pintura posterior. No olvides utilizar calzado antideslizante y ropa de protección y seguir las medidas de seguridad esenciales.
Paso 2: arreglar los desperfectos
Puede ser que la fachada tenga pequeñas grietas, desprendimientos o zonas deterioradas. Antes de pintarla tendrás que reparar los desperfectos con productos especiales para exterior. Sigue estos pasos:
- Con la hidrolimpiadora, pulveriza agua fría en las grietas y zonas estropeadas. Así eliminarás los restos de polvo, pintura, suciedad, etc.
- Utiliza una espátula para rellenar las grietas y desniveles con un emplaste especial para exterior. Los mejores son los que agarran sobre cualquier material, no merman y previenen hongos y moho.
- Cuando esté seca, alísala pasando una lijadora delta con lija de grano medio. Conéctala a un prolongador con cable lo suficientemente largo.
Paso 3: pinta tu fachada con los mejores productos
Con la fachada ya en perfectas condiciones, solo queda el paso final: aplicar una pintura que se ajuste a las necesidades de tu casa, así como a las condiciones climatológicas. Lo mejor es apostar por pinturas para fachadas de la mejor calidad, una excelente inversión que evitará que te tengas que preocupar por volver a pintar la fachada durante años.
Dentro de las opciones que tienes para escoger, existen varias posibilidades:
- Pinturas y revestimientos acrílicos estándar. Son pinturas con base agua que dan color, unifican, impermeabilizan y protegen las fachadas. Las más económicas, tienen buena calidad pero pueden no ser suficientes en zonas muy húmedas o con muchas horas de sol.
- Pinturas y revestimientos acrílicos Premium. Están formulados a base de siloxano, lo que los hace más resistentes frente a la humedad, el moho y la acción de los rayos UV. Aguantan las peores condiciones climatológicas.
- Pinturas y revestimientos acrílicos impermeabilizantes. Son especiales para fachadas muy expuestas a la lluvia y al aire salino. Si tu casa ha tenido problemas de humedad, una vez eliminados es la mejor pintura que puedes elegir para la fachada. Crean una película impermeabilizante que protege el muro y permite su transpiración. Además, incluyen conservantes antimoho para prevenir su aparición.
¿Ya tienes la pintura? Es el momento de pintar tu fachada para devolverle su esplendor. Antes, es recomendable proteger las ventanas, cristales y otros materiales que no quieras pintar con cinta de carrocero y plástico. Los detalles más pequeños los puedes pintar con una brocha plana, pero en general lo mejor es utilizar un rodillo especial: los hay para fachadas lisas y rugosas. Si lo equipas con un alargador, llegarás a todas partes con el mínimo esfuerzo.
Dependiendo del estado de la fachada y del poder de cubrición de la pintura, tendrás que aplicar una o dos manos. No olvides respetar siempre los tiempos de secado antes de dar la segunda capa. Por último, solo queda quitar el plástico y la cinta protectores y disfrutar del nuevo look de tu fachada. ¡Perfecta y como nueva!
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