Pasamos aproximadamente el 33% de nuestro tiempo en el trabajo. La oficina no es solamente un simple espacio donde cumplir con las obligaciones diarias. El espacio, en sí mismo, nos debe ayudar a desarrollar las tareas y generar un clima de trabajo adecuado, al mismo tiempo que transmite una buena imagen de la empresa.
Cuando estamos trabajando, todo lo que nos rodea (la luz, el mobiliario, los suelos y techos…) genera estados de ánimo y tiene la capacidad de influir en nosotros. El lugar donde trabajamos debe de ser un ambiente perfecto en el que fluyan las ideas y la creatividad.
Al mismo tiempo también debe de ser un espacio funcional y efectivo en sí mismo, que ayude a disminuir las esperas de las personas que nos visitan, a incrementar la productividad y, en general, a mejorar la calidad de vida.
Espacios abiertos que inviten al trabajo colaborativo, ágoras de formación, aulas tecnológicas, salas de reuniones y despachos tradicionales, zonas de espera… para cada caso, cada cliente, cada espacio, hay ideas, soluciones y respuestas.