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¿Cómo es el desarrollo del bebé con 21 meses? ¿Qué cambios e hitos de desarrollo alcanza este mes? ¿Cuál es su alimentación con 21 meses? ¿Cómo cuidarle?
A sus veintiún meses su capacidad motriz ya le permite comenzar a vestirse, lavarse las manos o cepillarse los dientes sin ayuda, aunque siempre será necesaria vuestra supervisión. Cuando se lava los dientes lo hace con agua, o con un dentífrico, pero con poco flúor. Hasta los dos años no es recomendable utilizar un dentífrico con mucho flúor, y cuando se haga, será del tamaño de un guisante.
El peso medio de un bebé a los 21 meses es de 11,9 kilogramos y la estatura de 83,5 centímetros, pero debéis tener en cuenta siempre que estos valores podrán oscilar. De hecho, las niñas a esta edad pesarán entre los 10,1 y los 11,9 kilos y medirán entre 81 y 85 centímetros. Los niños, sin embargo, pesarán entre 10,8 y 12,6 kg y tendrán una estatura que oscilará entre los 83 y los 87 centímetros.
Por último, habrá que tener en cuenta también que entre los dieciocho meses y su segundo año de vida (24 meses) vuestro bebé se encuentra cada vez más cerca de ir al baño él solito. De hecho, en algún momento a estas edades, la mayoría de los niños comienzan a reconocer cuándo quieren hacer sus necesidades. Probablemente notaréis que vuestro pequeño está a punto de hacerlo porque se agachará o se esconderá en algún lugar y, aunque se dé cuenta de lo que está pasando, no necesariamente estará listo para utilizar un orinal. Eso sí, cada vez le queda menos para dejar de utilizar los pañales.
Orinales ideales para los bebés de 21 meses
Es muy probable que ya corra bien, se ponga de cuclillas, disfrute jugando con la plastilina, los instrumentos musicales y también con otros juguetes de manipulación. Ya sigue instrucciones de dos partes, dice entre diez y veinte palabras, y se fija en objetivos simples como, por ejemplo, decidir llenar un cubo de agua y llevarlo al cajón de arena para mojarla. Normalmente a esta edad es posible también que abra puertas, juegue con rompecabezas sencillos y comprenda hasta doscientas palabras o prácticamente todo lo que se le dice.
Pero no todos los niños hacen lo mismo, y mucho menos a la misma edad ya que cada niño tiene su propio ritmo de crecimiento. Por eso, las pautas de desarrollo muestran solamente lo que los niños pueden lograr, pero tened en cuenta que, si el bebé nació prematuro, necesitará siempre algo más de tiempo para alcanzar ciertas etapas de desarrollo.
Vuestro bebé sigue experimentando sabores y texturas nuevos, aunque nunca debéis obligarle a que pruebe todos estos alimentos nuevos. Simplemente dejar lo que queráis que pruebe sobre la mesa, comed vosotros también y que sea el niño quien decida finalmente si desea probar ese alimento de forma totalmente espontánea, o no.
Si no sufre de ninguna intolerancia alimentaria podrá seguir tomando todos los grupos de alimentos, pero debéis seguir una dieta basada en la variedad y siguiendo, por supuesto siempre, la pirámide nutricional. A esta edad lo ideal será que desayune leche con cereales o galletas, que a media mañana tome fruta, batidos o zumos, que al mediodía realice una comida completa consistente en tres platos (primero, segundo y postre), que para merendar tome un sándwich o galletas y para la cena, por último, tres platos también, aunque mucho más ligeros que a la hora de comer al mediodía.
A estas alturas de la película, probablemente ya os hayáis dado cuenta de que vuestro peque quiere hacer todo por sí mismo, aunque carece todavía de las habilidades del lenguaje para expresar sus necesidades. Vuestro trabajo como padres consistirá simplemente en animar y apoyar sus ganas de explorar su entorno, reforzar la conducta positiva y facilitar el desarrollo social adecuado. Pero tened cuidado, porque su curiosidad no tiene límites, y si os descuidáis vuestro bebé podrá escaparse, así que toca vigilarlo de cerca para controlar todos sus movimientos.
Ya veíamos hace unos meses que el pequeñín no paraba por casa quieto y que era recomendable extremar la seguridad dentro del hogar familiar para prevenir los accidentes domésticos que son, además, la segunda causa de muerte en los niños en España. Según el Ministerio de Protección Social los accidentes que sufren los niños con más frecuencia en el exterior son las caídas, los electrocutamientos, los ahogamientos, las asfixias, los aplastamientos, las mordeduras de perro, las quemaduras y los atropellamientos.
Y no, tal y como aseguran los expertos, para que ocurra una eventualidad de este tipo no se necesitan horas ni situaciones extremas porque ocurren en el día a día, en la vida cotidiana, y en cualquier momento por lo que a la hora de salir a jugar fuera de casa lo mejor que un padre o una madre puede hacer es revisar los posibles peligros, adaptarse a la estación climática en la que se encuentre, dotar de un buen calzado al niño y también llevar un equipamiento adecuado a la actividad o actividades diarias que el pequeño realice en su día a día.